¿Quién no ha soñado con visitar Marte o pisar la Luna? Ser astronauta puede ser ese sueño lejano que todo niño pequeño tiene en una etapa en la que parece que todo es posible. "Cuando sea mayor quiero ser astronauta", y la familia sonríe, aplaude y piensa en lo lejano que parece el futuro y lo rápido que llega siempre.
Hay quién siguió con ese sueño a pesar de los años y quién lo consiguió. El caso de los españoles Pablo Álvarez y Sara García es un gran ejemplo. Ambos estudiaron en universidades públicas y se hicieron un hueco en la Agencia Espacial Europea (ESA) y han servido de ejemplo para las nuevas generaciones. Ahora, Pablo y Sara se enfrentan a duros procesos y entrenamientos que los preparan diariamente para las misiones que los enviarán lejos de sus familias, de sus hogares y de la Tierra. Para eso hay escenarios perfectamente dotados que posibilitan la adquisición de conocimientos y en Canarias tenemos un espacio natural escogido por la propia ESA para ese fin: la isla de Lanzarote.
Similitudes
En 2018 la isla fue escogida como geoparque para realizar el curso de formación geológica Pangaea-X. Este ejercicio consistió en una campaña que combinaba la exploración espacial y geológica con tecnología avanzada y para ello Lanzarote era el escenario ideal.
Los volcanes se asemejan algunas de las regiones de Marte, como los flujos de lava que se asemajan a las llanuras lunares, y es que la Isla no solo trae recuerdos del paisaje de Marte, también comparte ciertas características con la luna.
Explorar otros lugares
Los científicos de todo el mundo se esfuerzan por encontrar el paisaje en la Tierra que más se asemeje a la luna y que no esté a más de siete meses de distancia —entre otras cuestiones—. Hay otros lugares de Canarias que han sido estudiados con el fin de entender el resto de planetas del universo. Es el caso de las Dunas de Maspalomas, en Gran Canaria, que han estudiado los investigadores de la Escuela de Geografía y Ciencias Ambientales de la Universidad de Ulster y del Trinity College de Dublín para comparar los desplazamientos de la arena con la duna Namib del planeta rojo.
Sin duda alguna no hay nada como ir a Marte o a la luna para conocerla a fondo, pero contar con paisajes tan diversos en el océano Atlántico es una ventaja que reconocen los mejores científicos y astronautas.