La Universidad de Barcelona (UB) y la Universidad de La Laguna (ULL) lideran un proyecto que secuenciará el genoma completo de la araña Dysdera curvisetae, una especie endémica de Tenerife que habita en la zona intermareal de su costa.
Este proyecto se enmarca en la iniciativa ERGA, el nodo europeo del Proyecto BioGenoma de la Tierra (EBP), que busca secuenciar genomas de referencia de diversas especies eucariotas para mejorar la gestión y conservación de la biodiversidad en Europa.
El equipo, liderado por los investigadores Sara Guirao-Rico y Julio Rozas de la UB, y Nuria Macías-Hernández de la ULL, colabora con científicos de otros países europeos y cuenta con un financiamiento de 9 millones de euros, de los cuales cerca de 400,000 serán gestionados por el Instituto de Conservación de la Biodiversidad de la UB.
Conservación de un ecosistema amenazado
La Dysdera curvisetae ha sido identificada únicamente en tres localidades de Tenerife, aunque su distribución podría ser más amplia. Este tipo de araña pertenece al género Dysdera, que cuenta con más de 50 especies endémicas en el archipiélago canario y ha evolucionado adaptándose a condiciones específicas de cada isla.
Sin embargo, como explica Sara Guirao-Rico, este hábitat costero enfrenta serias amenazas, tales como la contaminación y la urbanización, lo cual incrementa la urgencia de evaluar el estado de conservación y las amenazas para esta especie y otras que comparten su ecosistema.
A pesar de la importancia de las arañas en el equilibrio de los ecosistemas, hasta ahora ninguna especie de araña en Canarias ha sido incluida en el Catálogo Canario de Especies Protegidas ni en la lista de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). “Es fundamental visibilizar estas especies para sensibilizar sobre la necesidad de proteger los ecosistemas costeros”, afirma Macías-Hernández, del Departamento de Biología Animal de la ULL.
Comprensión de su evolución
Desde hace años, los equipos de la UB y ULL han investigado el género Dysdera para comprender los procesos de colonización y diversificación en las islas. En esta ocasión, el proyecto ERGA-EBP estudiará la adaptación de D. curvisetae a la zona intermareal, un hábitat poco común para las arañas de este género.
Este estudio permitirá analizar cómo organismos no emparentados genéticamente desarrollan características similares para sobrevivir en nichos ecológicos parecidos, un proceso evolutivo conocido como convergencia adaptativa. Según las investigadoras, los resultados arrojarán luz sobre la capacidad de adaptación de estos organismos en un entorno muy vulnerable a los efectos de la actividad humana y el cambio climático.
Además de su valor científico, la información genética de Dysdera curvisetae será fundamental para desarrollar estrategias de conservación en entornos amenazados. El catedrático Julio Rozas destaca que la iniciativa “creará un recurso genómico que permitirá anticipar cómo factores como la degradación de la costa o el cambio climático podrían afectar a esta araña”.
El papel del proyecto ERGA-BGE
La iniciativa se inscribe en la acción ERGA-BGE, que fomenta la colaboración entre 33 países para generar genomas de alta calidad. Este esfuerzo busca contribuir a la protección de la biodiversidad europea mediante estudios genómicos que mejoren la comprensión de la diversidad genética y la capacidad de respuesta de las especies a los cambios ambientales.
En palabras de Rozas, la relevancia del proyecto también radica en su potencial para posicionar a Dysdera curvisetae como una especie “paraguas”, que impulse la protección de todo el ecosistema intermareal donde habita, beneficiando a otras especies que dependen de este hábitat.
La secuenciación de D. curvisetae no solo contribuye a la ciencia de la biodiversidad, sino que también puede abrir caminos para estrategias de conservación que ayuden a proteger y recuperar ecosistemas costeros vulnerables en Canarias y Europa.