Este lunes dos noticias traían de nuevo el drama de la inmigración a primera plana. Por un lado se hacía público que 20 internos del Centro de Internamiento de Inmigrantes se había fugado tras el fin del Ramadán. A su vez, se conocía que había arribado a las costas de Lanzarote una patera con 60 migrantes en su interior, cuatro de ellos niños.
Dos hechos que demuestran las enormes dificultades que atraviesa Canarias en la recepción y ayuda de migrantes, sobre todo en el caso de los menores de edad. La llegada incesante de inmigrantes ha provocado un colapso de niños menores en Canarias. De hecho, los distintos departamentos de servicios sociales llevaban ya más de un año advirtiendo de una situación que ahora ha llegado a su límite. En cifras, las Islas acogen a más de 2.600 menores, conocidos como menas, una cantidad que ya parece insostenible.
Los gastos de manutención, educación y cuidados sanitarios hasta que alcancen la mayoría de edad corren por cuenta de la Administración regional. Sin embargo, el constante goteo ha llevado a que Ángel Víctor Torres Pérez, presidente del Gobierno de Canarias, tenga que explorar otras soluciones. En este sentido, se están buscando acuerdos con el Gobierno central y con las distintas comunidades autónomas para aliviar la presión migrante sobre Canarias.
Un goteo que no cesa
Si antes de la pandemia la situación ya era complicada, el impacto del coronavirus ha llevado a que haya más menas en Canarias. Además, hay que destacar la presión especial que sufre la isla de Lanzarote. En cualquier caso, no se va a dejar a ningún joven desatendido, pero esta llamada muestra que el Gobierno autonómico necesita ayuda.
Es más, el mismo presidente indicó que esta decisión siempre ha tratado de retrasarse hasta que se llegara a un punto insostenible. Es evidente que Canarias, por su posición geográfica, seguirá siendo punto de recepción de migrantes, pero considera que también deben derivarse a otros lugares. Incluso aclaró que la respuesta de otras comunidades ha sido insuficiente durante todos estos meses e hizo hincapié en la necesidad de la solidaridad territorial.
En la misma línea, también pide ayuda a la Unión Europea. Y es que este es un fenómeno migratorio que afecta a todo el continente. Lo que pretende mostrar con sus declaraciones es que los recursos de esta comunidad autónoma no siempre son suficientes para atender a todos los menas.
El Estado es corresponsable de esta situación
Bajo las mismas ideas de Torres, Román Rodríguez, vicepresidente del Gobierno canario, considera inaceptable que dejen a Canarias sola con este asunto. Recalca que harán todo lo que esté en sus manos, pero sin tolerar que el resto de comunidades autónomas miren para otro lado. Y aquí también hay que mencionar al Estado, al que se pide mecanismos para poder distribuir a los menores que llegan al Archipiélago.
El delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, asegura que el ejecutivo central tiene una flaqueza en su Estado autonómico. E incluso habla no solo de falta de solidaridad, sino también de corresponsabilidad.
Más lejos ha ido Iratxe Serrano, directora general de Protección a la Infancia y la Familia del Gobierno canario. Afirma que se ha tocado techo y que la situación es crítica, pues no queda ni un solo recurso.
Es evidente que hacen falta medios para la gestión de menas en Canarias. Ante ello, el Gobierno de la comunidad ha lanzado la voz de alarma a la espera que sus argumentos, totalmente justificados, lleguen a buen puerto.