La importancia de la educación sexual en menores de las islas y el peligro real de la pornografia

Más de la mitad de los adolescentes cree que la pornografía da ideas para sus propias experiencias sexuales, según un informe de Save the Children

Guardar

Un menor frente a un ordenador / AH
Un menor frente a un ordenador / AH

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que se va a aprobar una ley integral para la protección de los menores en internet. Lo ha dicho durante una entrevista en El País, donde también ha asegurado que existe una “pandemia” en relación a los contenidos pornográficos que llegan a estos menores. Tal es así que una encuesta de Save the Children apunta que el 53% de los niños tiene el primer contacto con algún contenido de este tipo entre los seis y los 12 años. Además, más de la mitad de los adolescentes —el 54,1%— cree que la pornografía da ideas para sus propias experiencias sexuales. 

“Hay una etapa fundamental de seis a 12 años donde los menores están teniendo acceso a contenido que hará que se queden con algo exclusivamente físico y donde no hay una serie de cuestiones como la afectividad, el respeto, acuerdos o trato —muchas veces hay una figura machista y de sumisión—. Entonces, ellos creen que el sexo es de esa manera y olvidan la parte fundamental basada en los valores”, expone Tamara Cabrera, psicóloga. 

Aprender del porno

El informe de Save the Children, (Des)información sexual: pornografía y adolescencia, también expone que al 54,9% de los encuestados —1.753 adolescentes— “le gustaría poner en práctica lo que han visto”. Dentro del propio estudio se presentan declaraciones de estos chicos donde llegan a asegurar que han asimilado que esa es la realidad. “Apenas nos dan charlas de educación sexual, sino más bien charlas de prevención a una edad en la que para la mayoría de nosotros llegan tarde”, se puede leer. “Nos basamos en el porno porque es el único referente que tenemos de contenido sexual explícito. Es lo que podemos ver para saber lo que es el sexo... No hay nadie que, antes de que accedamos a ese contenido, nos cuente que el sexo no es eso que vemos”. 

Cabrera, que forma parte del Colegio Oficial de Psicólogos de Santa Cruz de Tenerife, asegura que hay tres temas que son fundamentales: los continuos cambios de la ley en educación, el acceso a los medios y las familias. “El primer lugar en el que yo estoy es con la familia, de ahí viene mi educación en cuanto a valores y roles”, y el segundo entorno sería la escuela. “Pero no vamos a esperar hasta los seis años, se tiene que comenzar desde la etapa infantil porque los roles desvirtuados se educan desde la empatía, el respeto o la conciliación”. 

Protección

“La educación sexual que nos dan es poner un preservativo en un pene de plástico”, aparece en otra de las declaraciones dentro del estudio. Dentro de los datos presentados por la organización internacional existe la preocupación del uso de protección en las relaciones sexuales. “El 46,1% de los adolescentes no utiliza siempre métodos de protección y el 13,7% no lo hace nunca o casi nunca”. Asimismo, “el 13,8 % de adolescentes ha entrado en contacto a través de internet, al menos una vez, con una persona desconocida con fines sexuales”.

La psicóloga también cree que el trabajo de los profesionales especializados es fundamental, “la formación que se de tanto a los adultos que están con los niños como a los propios niños tiene que venir por parte de profesionales especializados, porque no es solo explicar cómo se pone un condón”. El aspecto más peligroso de la pornografía gira en torno al consentimiento. “En muchas ocasiones, las mujeres no expresan su consentimiento y, es más, aparecen experimentando desagrado o incluso dolor, sin que esto altere el desarrollo de la escena”, cuenta el informe de Save the Children. “Esta normalización de la ausencia de consentimiento, junto con una falta de capacidad para el pensamiento crítico que se puede desarrollar a través de la educación, impacta negativamente en la construcción del deseo y de las relaciones sexuales, sociales y de pareja”, concluye.