Su nombre es IRAS 04125+2902. Quizás no sea una denominación fácil de recordar, pero es uno de los últimos descubrimientos planetarios en los que ha participado el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC). Lo ha hecho de la mano de otras instituciones como la Nasa, que a través de la técnica de tránsito han descubierto un "planeta bebé" a 522 años luz de La Tierra.
La importancia de este descubrimiento radica en cómo se halló el planeta y especialmente en su corta edad. Por una parte, el cómo se descubrió no es inusual, ya que la técnica de tránsito ha permitido detectar un gran número de planetas, gracias a que "desde la perspectiva de una observación desde el planeta Tierra, este produce una caída del brillo estelar periódica: el planeta oculta parte del disco de la estrella cada vez que pasa frente ella a lo largo de su órbita", explican desde el IAC en un comunicado.
El tránsito
Si bien ya se han descubierto así "más de una docena de planetas", desde el IAC aseguran que "no se había detectado planetas más jóvenes con el método de tránsitos". Su suposición es que se debe a que "los planetas aún no se han formado del todo o porque nuestra visión de tales planetas está bloqueada por un disco protoplanetario residual; es decir el anillo de gas denso y polvo que rodea a una estrella recién formada a partir del cual se forman los planetas".
El otro ámbito llamativo del descubrimiento es la corta edad de este gigante. A través de los datos del Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS) de la Nasa la investigadora es Madyson Barber, de la University of North Carolina at Chapel Hill, y el resto de investigadores que participaron, entre ellos los investigadores del IAC Felipe Murgas y Enric Palle, descubrieron que este planeta tenía tan solo 3 millones de años, es decir, que era el planeta más joven que se había descubierto a través de esta técnica. El estudio se ha publicado en la revista Nature.
El planeta
"Esta estrella joven (clasificada como tipo T-Tauri), se encuentra en la región de formación estelar de Tauro-Auriga, y aún tiene parte de su disco protoplanetario que es el gas y el polvo del que nacen las estrellas y planetas)", explica el IAC. “Este planeta puede ayudarnos a comprender las primeras etapas de la evolución de las atmósferas planetarias, ya que es en los primeros años de formación cuando una gran parte (o incluso la totalidad) de estas atmosferas pueden perderse al espacio debido a la interacción con la estrella principal. Esto determina el tipo de planeta que nos encontraremos tras estas primeras etapas de formación.”
El estudio ha demostrado que este planeta tiene un periodo orbital de 8,83 días, un radio 10,7 veces mayor que el de la Tierra y aproximadamente el 30% de la masa de Júpiter. Apuntan desde el IAC que los coautores del estudio sugieren que "este protoplaneta podría ser un precursor de los planetas tipo super-Tierra o sub-Neptuno que se encuentran frecuentemente orbitando estrellas de la secuencia principal , que son las estrellas que están fusionando hidrógeno. Esto se debe a que el planeta aún está en proceso de contracción y se espera que su tamaño final sea menor al actual".
El puzzle planetario
En las observaciones determinaron que el disco protoplanetario exterior que rodea a esta estrella está desalineado y se presenta casi de cara, en lugar una posición mas ladeada, que estadísticamente es la más habitual. Además, se detectó que presenta un disco interior agotado. Esta combinación de características ha permitido observar el protoplaneta en tránsito IRAS 04125+2902 b.
Por su parte, Felipe Murgas considera que “este planeta y el entorno en que se encuentra es una valiosa pieza para resolver el puzle de formación planetaria. Al tener una edad de 3 millones de años, ya podemos deducir que los planetas se forman en un breve intervalo de tiempo. Además, al tener un tránsito tan definido, podemos afirmar que a esta temprana edad los planetas ya tienen una forma esférica definida (a diferencia de una nube de polvo y gas rodeando el núcleo planetario, por ejemplo). Todo esto servirá para ajustar nuestros modelos teóricos de formación planetaria y poder contrastar la teoría con observaciones”.
El satélite de la NASA TESS empezó a operar en 2018 y se encuentra mapeando el cielo completo en su búsqueda de exoplanetas con el método del tránsito. La misión TESS necesita de la colaboración de muchas instituciones y telescopios para confirmar los candidatos que encuentra y determinar sus propiedades. En este contexto Las Cumbres Observatory Global Telescope (LCOGT) participa en la validación de candidatos de TESS gracias a su red de telescopios robóticos instalados en diversos países, incluyendo el Observatorio del Teide. El tránsito de IRAS 04125+2902 b fue confirmado con observaciones de tránsitos hechas con telescopios pertenecientes a LCOGT.