El informe de los peritos judiciales sobre el hundimiento del buque gallego Villa de Pitanxo hace casi dos años en aguas canadienses es contundente: la culpa fue del capitán. Así lo ha adelantado este miércoles el abogado de las familias de los fallecidos y desaparecidos en el accidente, Manuel Lampón, entre los que se encontraba el biólogo canario Manuel Navarro y cuyo cuerpo nunca apareció, presumiblemente atrapado en el pecio.
Manuel fue uno de los 12 desaparecidos del naufragio. Sus cuerpos nunca aparecieron y fueron dados por muertos. Los otros nueve fallecidos fueron encontrados, algunos flotando, otros gracias a que uno de los tres supervivientes, Samuel Kwesi Koufie, pudo recoger sus cuerpos y atarlos al bote salvavidas para que no se perdiesen antes de ser rescatado junto con el patrón del buque, Juan Padín Costa, y el sobrino de este, Eduardo Rial Padín.
Versiones contradictorias
Desde un primer momento, las versiones del capitán y su sobrino distaron mucho de la de Samuel, único marinero que quedó con vida que logró sobrevivir gracias a que se aferró al techo del buque salvavidas en el que cómodamente habían escapado del barco los Padín.
El día del naufragio, Padín decidió no soltar las redes de pesca tras quedar atoradas y comenzar el barco a escorarse con muy mala mar, con tal de no perder los peces. El agua entró en tromba por la escotilla abierta de las redes y el mar se tragó el barco en apenas unos minutos. Según siempre sostuvo Samuel Koufie, el capitán ni siquiera dio la orden de abandonar el barco, que acabó en el fondo del Atlántico con 12 personas aún dentro.
El capitán aseguró en sede judicial que el barco se hundió por una parada de motor mientras recogía redes. Samuel, por contra, que los marineros le pidieron a gritos que soltase las redes que se habían quedado enredadas en el fondo marino antes de que el agua entrase en el barco. Ahora, parece que el informe pericial le da la razón al segundo.
El capitán fue el responsable
A finales de mayo de 2023, una expedición de peritos zarpó de Vigo a bordo del buque Ártabro para encontrar el pecio del Pitanxo, bajar a él con un robot submarino y realizar una prueba pericial que permitiese dilucidar qué versión era la correcta. En caso de que la justicia dé por válida la de Samuel, sobre Padín pesaría la responsabilidad de 21 presuntos homicidios imprudentes.
Este miércoles, el abogado Manuel Lampón se ha reunido en Pontevedra con el equipo de peritos de las familias para valorar el recién emitido informe de aquellos peritos judiciales que viajaron en mayo en el Ártabro a aguas canadienses. A su salida de la reunión, Lampón ha ofrecido declaraciones a los medios de comunicación en las que ha asegurado que el informe es muy positivo porque "corrobora la clara responsabilidad del capitán".
El motor no se paró como decía Padín
El informe es muy extenso, ha destacado el abogado, y se hará público en una semana después de que el equipo legal de las familias lo hayan revisado en profundidad. No obstante, Lampón ha adelantado que la prueba pericial refleja que el motor del Villa de Pitanxo no se paró repentinamente, como había argumentado Padín en su defensa.
Además de este informe elaborado por los peritos judiciales, la defensa de la familia presentará otro elaborado por sus propios peritos ante el juez Ismael Moreno, de la Audiencia Nacional, que utilizará ambos, junto con el de la defensa del propio Juan Padín -que en su momento aseguró demostrar que su versión era la cierta- para tomar una decisión.
Factores
Aunque el abogado de las familias no ha dado a los medios más detalles, el periódico La Voz de Galicia ha publicado las cinco conclusiones a las que llega el informe para explicar tanto el hundimiento como el elevadísimo número de muertes.
El mismo detalla, citado por La Voz de Galicia, que "de acuerdo con los datos objetivos y circunstancias que han sido analizados en el presente accidente, la causa más probable del hundimiento del buque de pesca Villa de Pitanxo fue un error humano del capitán, por la falta de percepción cabal del riesgo de hundimiento que suponía la maniobra que realizó para librar el embarre del aparejo del fondo marino, con la mar y el viento de popa y la tolva de descarga de desperdicios abierta, poniendo en grave riesgo la seguridad del buque y sus tripulantes".
Además, "se considera factor contribuyente del accidente la demora con la que el capitán dio la orden de abandono de buque a la tripulación, lo que condicionó que pudieran realizar el abandono de forma ordenada y con alguna probabilidad de éxito".
Falta de ejercicios de evacuación e instalaciones inadecuadas
Otro factor contribuyente al desastre fue "la falta de familiarización de los tripulantes con sus obligaciones y funciones atribuidas en el cuadro orgánico para situaciones de emergencia y con el uso de los dispositivos de salvamento (traje de inmersión, chaleco salvavidas, equipo de supervivencia de la balsa salvavidas y dispositivos radioeléctricos de salvamento), lo que pone de manifiesto la falta de formación a bordo y la falta de realización de ejercicios periódicos de abandono de buque".
Además, la distribución del propio buque también está en duda. "Se considera factor contribuyente la falta de una escalera en estribor, desde la cubierta superior a la cubierta de oficiales, que constituyera un medio rápido de evacuación desde la cubierta expuesta a la intemperie y a la mar hacia las balsas salvavidas", dice el informe, algo de lo que también alertó Samuel y que el armador del buque negó.
Por último, el informe destaca que "las adversas condiciones marítimas y meteorológicas que había en el lugar que, si bien no eran de una extrema dureza como para aconsejar haberse puesto a la capa en espera de una mejoría, sin duda dificultaron la maniobra para librar el embarre".
Victoria de las familas
María José de Pazo, la portavoz de las familias, ha declarado que los familiares están muy emocionados. "Teníamos razón. Esta es la constatación de que merecía la pena toda la lucha y que era necesario bajar al barco para tener pruebas que presentar pruebas en la Audiencia Nacional para mostrar el camino de la verdad en el naufragio del Villa de Pitanxo", ha afirmado De Pazo.
Con estas palabras, la portavoz de las familias hace referencia al largo camino que ha supuesto lograr que el juez autorizase una bajada al pecio para realizar una prueba pericial. El contrato con la empresa propietaria del Ártabro se había firmado en marzo de 2023, pero la partida se demoró durante meses hasta que esta empresa amenazó con no realizar el viaje si seguía posponiéndose, por lo que se organizó a instancias del Ministerio de Transportes una expedición de forma precipitada en la que no se embarcaron los peritos de las familias ni la totalidad de los peritos judiciales.
Finalmente, el juez de la Audiencia Nacional que lleva el caso dictó una durísima providencia pidiendo explicaciones al Ministerio de Transportes sobre por qué tomó la decisión unilateral de hacer salir al barco, desobedeciendo las instrucciones estrictas de la justicia de coordinar la misión, y ordenando que la bajada al pecio no se realizase sin el equipo entero de peritos.