El trompetista canario Sebastián Gil ha relatado este miércoles su "angustiosa" evacuación de Ucrania, una huida que comenzó en Dnipro, donde le sorprendió la invasión, y que continuó en una carrera sin pausa hacia la frontera de Polonia: "No parábamos, descansábamos cabeza con cabeza".
Nombre habitual en los principales festivales de jazz de España, "Chano" Gil viajó el 18 de febrero a Ucrania como parte de una actividad cultural vinculada con su profesión de músico y el estallido de la guerra llegó mientras estaba en una ciudad a unos 500 kilómetros de la capital, Kiev.
Recibido por el delegado del Gobierno
Este jueves, ha sido recibido en Las Palmas de Gran Canaria por el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, al que ha agradecido su mediación para que haya llegado a salvo nuevamente a la isla.
"Tuve la mala suerte de estar en el país cuando estalló la guerra y también la buena suerte de poder contactar con Delegación de Gobierno y con la Embajada para poder llegar a Kiev y ser evacuado", ha relatado a los periodistas.
Tuvo que ir a Kiev
En el momento en el que empezó la ofensiva, Chano Gil empezó su proceso de evacuación: "El país fue atacado rápidamente y era en Kiev donde estaba la Embajada" por lo que "había que llegar para ser evacuado con todo el contingente" de ciudadanos españoles.
"Dí con las personas correctas y, gracias a ellas, pude respirar, aunque a medias, porque hasta llegar a la frontera con Polonia no me sentí a salvo", explica
Vio caer bombas
Ya en los primeros días, cuando comenzó su viaje para abandonar Ucrania, "se respiraba mucha tensión". "Esta guerra es una barbaridad", se lamenta.
Donde más peligro sintió fue en el aeropuerto, cuando vio caer "dos bombas relativamente cerca, se trataba una área militar y esas eran las localizaciones que estaban siendo bombardeadas en un primer momento". "Allí estábamos y, probablemente, el aeropuerto también iba a ser atacado", recuerda.
Tres días hasta la forntera
Su compañero y él negociaron con el taxi que les llevó del hotel para emprender el camino a Kiev, en el que les acompañó una señora, que fruto de la desesperación, estaba por allí. "Le dijimos 'suba al coche y vamos todos a Kiev'", cuenta.
Camino de Dnipro a Kiev trató de contactar con la Embajada, para después emprender tres días de viaje para llegar a la frontera. "Fue un viaje largo, conduje el primer turno del convoy, más de 12 horas al volante y con cuatro religiosas que tenían todas ellas más de 70 años", asegura Gil, que recuerda un viaje muy duro, más aún para personas mayores.
Durmiendo "cabeza con cabeza"
"No parábamos apenas para nada. No había ni hotel ni dónde dormir, ni mucho menos. Descansábamos cabeza con cabeza”, narra.
Chano Gil explica que entre los miembros de su convoy predominaban "las ganas y el espíritu de supervivencia, no solo la de cada uno, sino la de todo el grupo", porque "dependía de eso el éxito del convoy y llegar a la frontera lo antes posible".
Cansancio y desabastecimiento
El cansancio, "llegado un punto, que era tanto que necesitábamos cambios cada menos tiempo, yo me turnaba con el padre de una familia catalana y las paradas eran para repostar, aunque las gasolineras ya empezaban a tener problemas de combustible".
Durante el viaje asegura que se dio cuenta del "valor de España en el extranjero a la hora de defender a sus ciudadanos" porque, entre otros, "hicieron que nos sintiésemos seguros, dentro de lo posible, protegidos de alguna forma también por ellos".
El resto de músicos siguen en Ucrania
Lo que ahora le angustia, confiesa, es la situación de los demás músicos con los que estaba trabajando en Ucrania, que decidieron quedarse en el país. Tras unos días sin saber de ellos, ha podido contactar y le cuentan que "Dnipro está siendo bombardeada en ocasiones, pero que será realmente un frente peligroso si el Dombás y el este ceden, porque entonces le tocará a Dnipro".
Sus compañeros están "volcados por la causa, son voluntarios, levantando trincheras, y organizándose para luchar", expresa con tristeza el músico grancanario, "eso se dice fácil para hay que verse allí, han dejado la trompeta para empuñar un arma".
Apoyo a distancia
En estos momentos mantiene el contacto para comprobar que están bien, "si necesitan algo, apoyo, dinero, cualquier cosa que pueda hacer desde aquí", explica.
El chico que viajó con él en un primer momento "quedó en Kiev y se ha buscado la vida para estar en menos peligro", y eso le hace sentirse "más tranquilo, aunque a ver cómo evoluciona el conflicto estos días".
"Estamos viendo cómo los civiles están siendo agredidos directamente, los niños... si no se tiene en cuenta a los niños es que no tienen en cuenta nada", denuncia.