A principios de la década de los 90 un grupo de investigadores de comportamiento animal en cautividad comenzó su actividad en Tenerife y pronto su labor se volvió necesaria por la cantidad de especies que las autoridades gubernamentales dejaban bajo su custodia a raíz, por ejemplo, de operaciones contra el tráfico ilegal de especies exóticas. Ya en 2000 se constituyeron como Fundación Neotrópico y a día de hoy se encargan del cuidado de 2500 animales en sus instalaciones de Barranco Grande.
En este centro albergan serpientes, iguanas, tarántulas, escorpiones, cocodrilos, emúes, zorros, guacamayos, búhos y cualquier animal víctima del tráfico ilegal o transportados de manera accidental. Con intervenciones prácticamente a diario, su actividad es incesante, como nos relata su presidente Jaime Urioste. "Acaban de avisarnos desde el 112 de la presencia de una culebrilla de las macetas en un nave de Correos, que mide apenas 15 cm y es totalmente inofensiva", comenta.
Después de identificar al animal mediante una fotografía, los técnicos de la Fundación Neotrópico acuden para retirarlo y de esta forma evitan que se creen poblaciones estables de especies exóticas. Pero en su labor diaria no todas las intervenciones son tan sencillas porque, como prueba la variedad de especies que custodian, en ocasiones es preciso aplicar protocolos de actuación más estrictos para capturar especies peligrosas, protegidas o invasoras.
Pantanos para cocodrilos y terrarios de especial seguridad
En las instalaciones de 4200 m2 de la Fundación Neotrópico hay desde pantanos para cocodrilos y caimanes hasta terrarios de interior con especiales medidas de seguridad, ya que albergan especies como serpientes, tarántulas o escorpiones. Pero también un estanque para tortugas o un recinto para aves exóticas."Nuestras instalaciones son polivalentes, no podemos anticipar qué animal va a aparecer", explica Urioste.
Además, aunque la mayoría de sus animales han sido rescatados en Canarias, cerca del 90%, también acogen ejemplares de puntos diversos de la geografía nacional y europea. "Hace un año desde el Gobierno holandés nos pidieron ayuda para recoger setenta cocodrilos pero no pudimos por las dificultades del traslado", recuerda.
En este punto las condiciones climáticas de Canarias son diferenciales y permiten conservar a los animales en exterior, algo imposible en muchos lugares de la UE. Por este motivo y por la especialización de la Fundación Neotrópico, que cuenta con un servicio de asesoramiento 24 horas y ha sido designada como perito del Ministerio de Transición Ecológica en operaciones contra el tráfico ilegal de especies, muchas de estas especies incautadas terminan bajo su custodia en Tenerife.
Mercado negro y abandonos de temporada
En cuanto a la procedencia de estos especies exóticas, Urioste afirma que "existe un mercado negro local en Canarias de gente que tiene los animales de forma ilegal y los vende a través de redes sociales y otras plataformas". Al mismo tiempo señala que en otro países europeos "como Bélgica, Holanda o Alemania, la legislación es distinta y se celebran ferias de reptiles donde se pueden adquirir animales como, por ejemplo, serpiente venenosas, que después son fácilmente introducidas en otros países del espacio común europeo".
Aparte de colaborar en intervenciones policiales contra el tráfico ilegal de especies exóticas, la Fundación desarrolla una labor de rescate de mascotas domésticas abandonadas que se acentúa sobre todo en ciertas fechas. "Un mes después de Navidad, también en periodo de vacaciones, hay una avalancha de agapornis, periquitos o tortugas" señala Urioste, que recuerda que el abandono es delito mientras que la entrega en fundaciones como Neotrópico no conlleva ningún coste ni sanción.
Además, aunque sea de manera esporádica, los servicios de Fundación Neotrópico son requeridos en ocasiones para otro tipo de intervenciones policiales más peculiares, por ejemplo, en tiendas de santería. "Normalmente no se trata de animales vivos pero sí de restos de animales protegidos, como dientes de león, testículos de primates o murciélagos disecados, con el riesgo sanitario que supone, por lo que tenemos que identificarlos", relata Jaime.
Sacrificio cero
"Los animales no tienen la culpa del capricho de los seres humanos", sentencia Urioste para explicar la política de sacrificio cero que siguen en la Fundación. En la mayoría de los casos es imposible reintroducirlos en su hábitat porque muchos de ellos llevan años en cautividad con comportamientos modificados, o directamente no podrían valerse por sí mismos debido a patologías derivadas de las malas condiciones en que se les ha mantenido.
"Algunos vienen de laboratorios o circos, o les han arrancado los dientes para que no muerdan, entre otras barbaridades", se lamenta Jaime, así que cuando no pueden devolverlos a la naturaleza se plantean cederlos a zoológicos previamente inspeccionados por su personal. Finalmente, en muchísimos casos quedan definitivamente bajo custodia de la Fundación hasta que mueren por causas naturales.
Una próxima ampliación
El presidente de Neotrópico admite que se encuentran saturados pese a contar con unas instalaciones de 4.200 m2, dado que en ellas albergan 2500 ejemplares de las más variadas especies. Por eso nos comenta que planean expandirse gracias una cesión de terrenos por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz, de manera que "cuadriplicaremos la superficie actual y ampliaremos la capacidad de carga y de dar condiciones dignas a estos animales".
Con la mejora de sus instalaciones también podrán incrementar su labor formativa ya que a la Fundación acuden estudiantes de universidades nacionales e internacionales, de ramas como la biología o la veteranía, para estudiar a especies que, de otra forma, solo encontrarían en sus hábitats naturales y en unas condiciones que dificultarían su estudio.