El cine Royal, uno de los cines más emblemáticos y longevos de Gran Canaria, forma parte del patrimonio cultural y social de Las Palmas. Desde su inauguración en 1928, hasta su cierre definitivo en 2006, el Royal dejó una huella imborrable en la memoria de generaciones que crecieron con el encanto del séptimo arte.
Su trayectoria refleja no solo la evolución del cine en la isla, sino también el impacto de los cambios tecnológicos y económicos que afectaron a las salas de cine en todo el mundo.
El cine más histórico de Gran Canaria
El Royal Cinema abrió sus puertas el 3 de abril de 1928 con la proyección de La hija del Mestre, la primera película filmada en Gran Canaria, marcando el inicio de su importancia en el panorama cultural de la isla. Situado en el barrio de Arenales, este cine era considerado uno de los “cines aristocráticos” junto al Avenida, siendo ambos símbolos de elegancia y exclusividad en la ciudad. Además, el Royal fue pionero en la incorporación del cine sonoro en la década de 1930, proyectando noticieros y cortometrajes sonoros, una revolución tecnológica que consolidó su lugar como referencia en Las Palmas.
Durante los años 30 y 40, el cine Royal no solo proyectaba películas, sino que también era un centro de encuentros sociales. Su fachada, diseñada por el arquitecto Miguel Martín-Fernández de la Torre, se reformó en varias ocasiones, reflejando los cambios estilísticos y la creciente demanda del público. Las proyecciones, a menudo reseñadas en las primeras páginas de los periódicos locales, eran un acontecimiento relevante en la vida cultural de la ciudad.
¿Por qué cerró el cine?
El Royal, como muchos otros cines históricos, enfrentó la dura competencia de nuevas formas de entretenimiento, como la televisión y, más tarde, el vídeo doméstico. En 1985, el Royal se adaptó a los tiempos al convertirse en uno de los primeros multicines de la isla, junto con el Galaxy’s, lo que le permitió seguir funcionando durante las siguientes dos décadas.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos por mantenerse significativo, la crisis del sector cinematográfico, el auge de los centros comerciales con grandes cadenas de cine y los cambios en los hábitos de consumo del público llevaron a su cierre definitivo en 2006, tras 78 años de actividad. El cierre del Royal marcó el fin de una era. Aunque muchos canarios guardaban recuerdos imborrables de sus visitas a esta icónica sala, los cambios económicos y sociales hicieron insostenible su continuidad. Las últimas proyecciones fueron una despedida melancólica para quienes crecieron con el cine como centro de ocio.
Ubicación actual y uso de las instalaciones
El cine Royal estaba ubicado en la Calle Venegas, en pleno corazón del barrio de Arenales, una de las zonas más activas de la capital. Tras su cierre, el edificio fue demolido y, en su lugar, se construyó un moderno edificio de oficinas que nada tiene que ver con el esplendor arquitectónico del cine original. Este cambio de uso refleja la transformación de muchas áreas urbanas que, en su momento, albergaban cines históricos y que, con el paso del tiempo, han sido adaptadas a las necesidades comerciales y empresariales de la ciudad contemporánea.
Hoy, el cine Royal vive en la memoria de aquellos que tuvieron la suerte de disfrutar de su pantalla y en los archivos de prensa y fotografía que documentan su contribución al desarrollo cultural de Gran Canaria. Aunque el edificio ya no existe, su legado perdura como parte de la historia del cine en la isla.