Las redes sociales, en general, y las aplicaciones de citas, en particular, se convierten en muchas ocasiones en una alternativa un poco fría y superficial para aquellas personas que no están acostumbradas e incluso desconfían en esta forma de relacionarse. Encontrar el amor en un mundo donde el me gustas o no se basa en una imagen y una pequeña biografía puede alejar aún más a las personas aunque el objetivo de la app sea el contrario.
No pasa nada por buscar diversión, solo sexo o simplemente abrirte un perfil para ver qué pasará. Pero para aquellas personas que realmente desean encontrar una pareja estable, el mundo de las aplicaciones de citas se convierte en un camino cuesta arriba.
La Celestina
Hace tres años que Alejandra de Navascués emprendió la aventura de ayudar a otras personas a encontrar el amor fuera de las app de citas. Todo empezó tras una formación de emprendeduría. "Estuve estudiando varios aspectos de la sociedad, me introduje en el mundo de la búsqueda de pareja y, en esa investigación, detecté un porcentaje muy alto de gente que realmente usaría una alternativa al mundo de las aplicaciones de citas porque estaban frustrados, quemados, las utilizaban y no encontraban lo que querían… Ahí fue cuando empecé a darme cuenta de que se podría abrir una ventana para encontrar una solución", explica.
A Alejandra no le molesta que se le compare con el famoso personaje de la tragicomedia de Calisto y Melibea. "Es que esa era la labor de La Celestina", ríe. Y tan bien le ha ido que ya va por la séptima edición de Personas solteras que desean encontrar pareja sin recurrir a las apps de citas.
Explica que todo se basa en la investigación, en detectar un problema y dar a conocer una alternativa. “Lo que he hecho a través de este servicio es fomentar el que aquí hay personas que se unen a esta experiencia porque realmente están disponibles e interesadas en encontrar una pareja duradera y estable. Hay gente que realmente quiere adquirir ese compromiso, el siguiente paso es valorar con quién y cómo”, expone.
Un trabajo artesanal
Cuando una persona se pone en contacto con Alejandra, ella realiza una valoración previa gracias a una entrevista inicial y gratuita para hacer una especie de cribado. “Las aplicaciones de citas no tienen una forma de diferenciar a la gente que hace uso de ellas, cualquier usuario puede formar parte, pero en esta alternativa eso no es así”, asegura. “Yo hago una valoración previa en una entrevista y cuando veo que la persona reúne ciertos requisitos le informo sobre el proceso en el que se va a integrar y cómo va a ser”.
Tras varias entrevistas personales, un análisis psicológico de su personalidad y de su estilo de vida, Alejandra realiza una labor de mediación, “ya sea a través de encuentros grupales o citas a solas, al final es un trabajo muy artesanal”.
Se sorprende porque cada vez hay más personas jóvenes que se ponen en contacto con ella. Estaba acostumbrada a un rango de edad más allá de los 50 años, pero “hay gente que de verdad está cansada de conocer continuamente a gente y que no funcione, de personas que no quieren nada serio". "En las aplicaciones de citas hay mucho usar y tirar, es como un mercadeo, una confusión”, dice.
A Alejandra le gusta el término celestina porque, de alguna manera, ese es su trabajo: ayudar a las personas que quieren encontrar a su amante, a su pareja, a su amor.