Un grupo de orcas hundieron este domingo, en aguas del Estrecho de Gibraltar, un velero mandado por un patrón natural de Tenerife. El incidente tuvo lugar a las nueve de la mañana después de que varios de estos depredadores embistieran el casco de la nave y el timón hasta provocar una vía de agua. Los dos tripulantes que viajaban a bordo fueron rescatados por un petrolero, el MT Lascaux, tras un aviso lanzado por Salvamento Marítimo.
El velero, bautizado con el nombre de Alborán Cognac y con 15 metros de eslora, pertenecía a Alborán Charter, una empresa que se dedicar al alquiler de este tipo de embarcaciones en Palma de Mallorca, Tenerife, Gran Canaria, Cabo Verde y Cuba. Esta nave, en concreto, regresaba a Baleares para la temporada de verano tras su explotación durante los meses de invierno en Canarias. El patrón, profesional de esta actividad, fue contratado para hacer este viaje.
Siete naufragios
Detrás de este incidente, según los expertos, se encuentra un grupo de orcas ibéricas conocidas como gladis y que son responsables, desde 2020, de siete naufragios —con el del Albrán Cognac ya han caído al fondo del mar cinco veleros y dos lanchas de pesca marroquíes—. Los últimos datos del Grupo de Trabajo Orca Atlántica (GTOA), organización que contribuye a su conservación, advierten que durante los últimos cuatro años se han producido 673 interacciones —con contacto con el barco o sin él— desde que las gladis comenzaron con este inusual comportamiento.
Los especialistas en el comportamiento de estos animales, que pertenecen a la familia de los delfines —aunque se les llame comúnmente ballenas—, sostienen que no se trata de ataques intencionados, sino de un comportamiento que puede tener relación con su curiosidad, su afición al juego o con alguna forma de precaución que las lleva a querer parar la embarcación en su caza del atún rojo —habitual por esas aguas—.
¿Qué hacer en caso de encuentro con orcas?
El Ministerio de Transportes ofrece recomendaciones en su página web para la navegación. Son medidas a seguir durante todo el año, pero sobre todo entre los meses de abril y agosto, momento en el que más interacciones se producen. En primer lugar, señalan, hay que evitar navegar por la zona delimitada entre el Golfo de Cádiz y el Estrecho de Gibraltaren por un mapa —y en caso de hacerlo acercarse lo más posible a la costa, dentro de los límites de seguridad—.
Si es inevitable el encuentro, lo más adecuado es no detener la embarcación —a motor o a vela— y dirigirse a aguas menos profundas cerca de la costa. También debe impedirse que las personas a bordo se acerquen a las bandas, porque los movimientos bruscos provocados por las orcas pueden ocasionar lesiones o la caída al mar. Tampoco se deben utilizar medidas disuasorias que puedan causar muerte, daño, molestias o inquietud a las orcas. Y, por último, notificar el avistamiento o la interacción con cetáceos al Centro de Coordinación de Salvamento más próximo a través de los canales de VHF (canal 16 o canal de trabajo).