La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) ha dejado su huella en la Antártida gracias al equipo de investigación en Oceanografía de Física Aplicada (OFyGA) del instituto universitario ECOAQUA que ha llevado a cabo un estudio en el estrecho de Bransfield, una región de gran importancia y sensibilidad al cambio climático, para comprender mejor este singular ecosistema marino
Por primera vez, este estudio ha identificado los umbrales críticos de temperatura superficial y concentraciones de clorofila —un pigmento, que se puede encontrar en ciertas plantas y algas y que se caracteriza por su color verde y por ser la encargada de mantener las funciones metabólicas de la planta bajo control— que pueden ayudar a prever las floraciones de fitoplancton en el estrecho de Bransfield a lo largo del año.
Desafíos medioambientales
Estos descubrimientos serán cruciales para comprender cómo evolucionarán estas floraciones en el futuro, proporcionando una herramienta valiosa para monitorear los cambios en este ecosistema marino tan importante. Los resultados de este estudio representan un avance significativo en la comprensión de los procesos biológicos y ecológicos en el estrecho de Bransfield, que ha sido designado como Área Antártica Especialmente Protegida. Subrayan la importancia de continuar la investigación científica en este lugar para abordar los desafíos ambientales que enfrentan las regiones polares.
El fitoplancton es la base de la cadena alimentaria en los ecosistemas marinos antárticos y que su dinámica afecta directamente a otros organismos como el zooplancton, incluido el krill, que son esenciales para la alimentación de especies como ballenas, pingüinos, focas, leones marinos, calamares, aves y peces. Por lo tanto, el conocimiento de los umbrales de temperatura y concentraciones de clorofila permitirá a los científicos realizar un seguimiento preciso de la dinámica del fitoplancton y, por ende, de las relaciones tróficas en el estrecho de Bransfield utilizando datos de satélites.
21 años de datos
Este estudio es parte del trabajo de investigación de la doctoranda Marta Veny, dentro del programa de Doctorado en Oceanografía y Cambio Global (DOYCAG) de la ULPGC, bajo la supervisión de Borja Aguiar y Ángeles Marrero.
Veny explica que "un cambio en los grupos predominantes de zooplancton antártico tiene efectos en niveles tróficos superiores, lo que afecta la dieta y las poblaciones de grandes organismos. Los ecosistemas marinos antárticos dependen en gran medida de la interacción estacional entre la atmósfera y los océanos, así como de la dinámica del hielo marino asociada, que podrían verse afectadas por el cambio de temperatura superficial del agua, entre otros factores". El estudio investigó el ciclo estacional de las floraciones de fitoplancton en el estrecho de Bransfield, analizando 21 años de datos satelitales de clorofila y temperatura superficial del océano (1998-2018).
Canarias
Aunque el enfoque del estudio es en una región polar, la técnica de utilizar observaciones satelitales de temperatura y clorofila para el estudio de las floraciones de fitoplancton tiene aplicaciones probadas en otras regiones del mundo y podría ser útil también en el estudio de la región de Canarias, con sus propias particularidades biológicas. Veny, graduada en Ciencias del Mar y con un máster en Oceanografía, destaca el papel fundamental del fitoplancton en los ecosistemas marinos y en actividades económicas como la pesca y el turismo.
En el caso de la pesca, el fitoplancton influye en la abundancia y distribución de peces al ser la base de la cadena alimentaria. Y en el turismo, la biodiversidad marina y la calidad del agua afectan la atracción de turistas interesados en actividades como el buceo y la observación de vida marina. Por lo tanto, es importante comprender la variación espaciotemporal de las floraciones en regiones como Canarias debido a su impacto directo en la gestión de los recursos marinos.