Una investigación internacional que culmina en la incautación de casi cuatro toneladas de cocaína y la detención de 15 tripulantes de un barco pesquero de bandera panameña. Aunque la investigación se inició en los puertos gallegos de Pontevedra, la fase final de la operación tuvo lugar en aguas internacionales, 500 millas al oeste de Canarias, y contó con el apoyo de medios navales españoles.
El pesquero Gloria Figueroa fue interceptado tras una compleja vigilancia que involucró a la DEA y a la Armada Española.
El pesquero, que había zarpado a finales de septiembre desde el noroeste peninsular, realizó maniobras típicas del narcotráfico, como desactivar su dispositivo de localización en varios momentos de su travesía. Según las autoridades, esta práctica habitual busca dificultar el rastreo, aunque no logró despistar a los investigadores.
Recorrido sospechoso
Se sospecha que el barco cruzó el Canal de Panamá para llegar al Océano Pacífico, posiblemente a las costas de Colombia o Ecuador, donde habría cargado la droga simulando actividades pesqueras legales.
Posteriormente, inició su regreso al Atlántico, rumbo a Europa, con un probable destino en las rías gallegas, conocidas por ser puntos estratégicos en la entrada de drogas al continente.
El Grupo Especial de Operaciones (GEO), junto con agentes del Greco Galicia, subió al barco desde una embarcación de la Armada para asegurar la mercancía y detener a la tripulación, todos ellos extranjeros.
El papel de Canarias
Esta operación subraya el papel estratégico del Archipiélago en la lucha contra el narcotráfico internacional. Su ubicación geográfica convierte a las Islas en un punto clave para la vigilancia de las rutas marítimas entre América Latina, África y Europa.
Los agentes de la Sección Greco Galicia agradecieron la cooperación de las instituciones españolas e internacionales, destacando que este tipo de operaciones son esenciales para desarticular redes transnacionales que utilizan barcos de gran tonelaje para transportar droga a Europa.