La obra con la que el Gobierno de Canarias pretende mejorar la circulación en el tramo de la GC-2 entre Bañaderos (Arucas) y El Pagador (Moya) es un objetivo al que es imposible poner un plazo definitivo de finalización. Rosana Melián, la directora general de Infraestructura Viaria del Ejecutivo regional, no se atreve a dar una fecha específica porque aún queda mucho por andar, pero mantiene la esperanza de que se adjudique antes de 2027: “Ojalá esté licitada en esta legislatura”.
En una entrevista concedida a Atlántico Hoy deja entrever que cuatro años no serán suficientes para que los trabajos estén finalizados. La hoja de ruta que se marca la Consejería de Obras Públicas, Vivienda y Movilidad a corto plazo para ejecutar la iniciativa es que se convoque la mesa de contratación para saber quién redactará el proyecto –procedimiento abierto desde el pasado 16 de abril–.
Objetivo de los trabajos
Melián manifiesta que en función del número de empresas que se presenten, primero se valora la parte administrativa, se abre el sobre de la oferta técnica y a partir de ahí la mesa se tiene que reunir a valorar las sugerencias técnicas. “No es lo mismo que se presente una oferta a que sean 10”, añade. Aclara que los tiempos dependerán de la envergadura.
La finalidad de la actuación es que sea mejor la funcionalidad y la capacidad de la vía que, a día de hoy, tiene una velocidad máxima limitada a 50 km/h por la proliferación de accesos directos al tronco de la carretera desde las propiedades colindantes y pasos de peatones con semáforos. Lo que se busca es que se pueda conducir a 80 km/h para que la fluidez del tráfico sea mayor.
Presentar recurso
“Se hará una propuesta de adjudicación cuando se abra la oferta económica. A partir de ahí, la compañía tiene que presentar toda la documentación que se le solicite y se hace una adjudicación provisional y luego se abre el plazo para presentar recursos”, continúa la directora general de Infraestructura Viaria.
“Si alguna empresa no está conforme con la adjudicación que se haya hecho puede presentar un recurso especial. Cruzamos los dedos para que no haya, no nos demoremos más y que la adjudicación quede firme, pero si hubiese alguno el plazo son 15 días hábiles y si fuera necesario resolver un recurso por parte del tribunal, aún se tardaría más. Son plazos difíciles de concretar”, reflexiona.
Redactar el proyecto
El único plazo que Melián tiene claro son los 14 meses que se tardará en redactar el proyecto, aunque en algún punto habrá que suspenderlo porque se tiene que hacer la declaración de impacto ambiental. “En función de si es simplificada u ordinaria ese plazo que es el que figura en el contrato se suspenderá pudiendo añadirse algo más de seis meses”, apostilla.
Señala que una vez se tenga el proyecto constructivo hay que aprobarlo definitivamente “y luego preparar toda la documentación para licitar la obra”. “No es lo mismo que se lleve a cabo un soterramiento a que finalmente no se haga ningún tramo soterrado o que se haga un viaducto. El proyecto constructivo nos dará también una estimación en el plazo de lo que será luego la ejecución. Ahora mismo estamos un poquito en esa fase tan incipiente que es difícil de especificar”, insiste.
Reunión con alcaldes
Apunta que tanto el consejero de Obras Públicas, Pablo Rodríguez; como ella, tuvieron una reunión con los alcaldes de Arucas y Moya donde les trasladaron que se va a tener en cuenta lo que ambos ayuntamientos tengan que decir. “Nosotros tenemos unas premisas en este pliego, pero vamos a atender a esas reclamaciones y es en esta fase de redacción de proyecto donde se pueden hacer ciertos cambios”, declara.
Melián asegura que tendrán muy presente el Plan Territorial Parcial de Ordenación del Litoral que se aprobó en el Cabildo de Gran Canaria en 2023. “Vamos a intentar ajustarnos lo máximo posible a lo que indique”, dice. “Está el Parque Natural de Doramas, por eso se contempla soterrar en algún punto en especial del término municipal de Moya y facilitar la permeabilidad en el municipio de Arucas. Hay premisas de partida.”, culmina.