Gary Watson Shearer, junto a su padre, viajó a Lanzarote en diciembre del año pasado. Le gustó tanto la isla que pocos meses después decidió repetir. Esta vez solo y con un objetivo: celebrar San Patricio. Aterrizó en Canarias el 16 de marzo, en la víspera de la fiesta grande para los irlandeses. Dejó las cosas en el hotel, envió un mensaje a su madre Ann para comunicarle que había llegado bien al destino, colgó una foto en su perfil de Facebook junto a la piscina del complejo turístico que eligió para hospedarse durante una semana y se dirigió al Bar 67 de Puerto del Carmen. Nadie ha vuelto a saber de él, aficionado fiel al Celtic de Glasgow, desde entonces.
Desde hace algo más de una semana las fuerzas de seguridad del Estado buscan por todos los rincones de Lanzarote a Gary Watson Shearer, un escocés de 53 años. Su rastro de se ha esfumado y desde el Reino Unido su familia ha hecho un llamamiento para buscar pistas que den con su paradero. Se temen lo peor y recuerdan los problemas de salud que le afectan: es epiléptico y tiene diabetes tipo 2.
No durmió en el hotel
Tras sus primeras horas en Lanzarote, su pista se perdió en la medianoche del 16 de marzo. Se sabe que salió del Bar 67 alrededor de las 11.30 horas. Pero no volvió a su hotel. Tras la denuncia por la desaparición realizada por su familia desde Escocia –tras varios días sin recibir noticias de Gary–, la policía encontró su pasaporte, dinero y todas sus pertenencias en su habitación, donde ni siquiera durmió.
El turista británico tenía previsto su regreso a Glasgow para el 23 de marzo. Jet2, la compañía con la que había contratado sus billetes de ida y vuelta, ha confirmado a su familia que no se subió al avión.