Hace cuarenta años que Gabriella vive a pocos kilómetros de la playa de Guguy, en el interior de lo que hoy se conoce como la Reserva Natural Especial de Guguy. Junto a su marido y a sus hijos, lleva gran parte de su vida asentada en los alrededores de la zona. Para ella, convertirlo en parque nacional no es necesario y confiesa que le genera dudas. "No me convence porque sabemos que realmente como Reserva Natural Especial ya tiene su protección”, dice. "Si realmente la intención es proteger y cuidar, entonces es bienvenido, pero muchas veces esa no es la única intención. Puede ser económica, política o incluso ambas, no me atrevo a decir si eso va a hacer bien o mal”.
El macizo volcánico de Guguy es el más antiguo de la isla, con más de 14 millones de años de antigüedad. De La Montaña de Hogarzales y la Montaña del Cedro parten numerosos barrancos con desniveles que van desde los 1.000 metros hasta el nivel del mar en una extensión de cinco kilómetros. Las 10.000 hectáreas que propone el Cabildo de Gran Canaria para conformar el parque nacional están divididas en 3.000 terrestres y 7.000 hectáreas marinas, por lo que aspira a ser el tercer parque nacional marítimo-terrestre en España, después de las Islas Atlánticas de Galicia y el Archipiélago de Cabrera.
El parque nacional genera dudas
José Jiménez, patrón de barco y miembro de la Cofradía de Pescadores de Agaete, asegura que el sector pesquero de la zona no aprueba la propuesta para convertir el litoral de Guguy en parque nacional. “No estamos de acuerdo con que se incluyan las 7.000 hectáreas marítimas porque es una zona en la que trabajamos”, comenta. A pesar de que el Cabildo ha intentado transmitir seguridad a los pescadores que operan en el lugar, no se fían del compromiso. “Al principio será regular la pesca y la navegación, después no podremos pescar y los furtivos sí lo harán. Ellos se saltarán la ley y nosotros no pescaremos”.
Para Jiménez, la regulación de la pesca es innecesaria porque “es una zona de navegación complicada, no se pesca los 365 días al año”, y recalca la importancia del litoral oeste de Gran Canaria "por la presencia de atún rojo, bonita, tuna y otras especies de interés". “Los puertos de Canarias fueron diseñados como refugios pesqueros y a día de hoy los que menos estamos en los puertos somos los pescadores". “Estamos desapareciendo” lamenta.
La otra cara de la moneda
Manuel Nogales, investigador y delegado del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), representa la otra cara de la moneda: “Me parece muy buena idea que se protejan una serie de hábitats que antes no se protegían”. Este biólogo confía en que convertir Guguy como parque nacional pueda aportar más beneficios que inconvenientes.
“El sitio no solo es interesante desde el punto de vista de la biodiversidad, sino también de los valores arqueológicos. Hay muchos en la zona de grandísimo interés”, explica Nogales. La principal diferencia de sustituir la reserva natural especial y denominarla parque nacional radica en la inversión económica que se produce en el entorno. “Llega dinero para invertir en conservación, cosa que no ocurre actualmente”.
Nogales no considera que la propuesta del Cabildo de Gran Canaria pueda afectar al entorno de manera negativa, y confía en que no aumente la llegada de turistas que maltraten la zona de Guguy. “El acceso a la reserva natural no es fácil”. Además, apunta que podría aumentar la economía local y el empleo “puede dinamizar la zona e incluso generar otros nuevos de guías que trabajen enseñando la zona”.
La cabras son incompatibles con el parque nacional
Guguy cuenta en su parte terrestre con un ecosistema cardonal-tabaibal y posee más endemismos que cualquier otro parque nacional de las islas, con 39 especies de flora única de Gran Canaria, que representan el 36,8 % de la vegetación y 78 especies exclusivas de Canarias, un 11,8 % del total existente. Algunas de estas especies son los cedros, almácigas y otros valores naturales que lo convierten en un entorno singular y repleto de biodiversidad. Cumple con casi todos los aspectos para poder convertirse en el quinto parque nacional del archipiélago canario, como representar al sistema natural al que pertenece, tener una superficie adecuada para permitir su evolución natural, que predominen las condiciones de naturalidad y funcionalidad ecológica, no incluir núcleos urbanos y estar rodeado por un territorio susceptible de ser declarado como zona periférica de protección.
Sin embargo, para conseguir que Guguy sea parque nacional, Nogales pone en el punto de mira a ciertos herbívoros, "como las cabras asilvestradas que viven en la Reserva Natural Especial", incompatibles con el correcto desarrollo de la biodiversidad. El último censo de cabras asilvestradas reflejó que todavía quedan 125 ejemplares dentro de la reserva. El investigador del CSIC considera que las administraciones tienen que tomar parte en el asunto ya que la presencia de cabras asilvestradas es incompatible con el parque nacional, "tienen que ponerse manos a la obra".
El documento de propuesta de las 10.000 hectáreas para conformar el Parque Nacional de Guguy está siendo estudiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales en fase de análisis técnico. Canarias se convertiría en la región con más parques agrupando cinco de los 16 existentes en todo el territorio español. Guguy completaría un triángulo sobre un territorio coincidente con la propia Reserva de la Biosfera de Gran Canaria y el Patrimonio Mundial del Paisaje Cultural de Risco Caído y las Montañas Sagradas.