Este miércoles la Policía Nacional, en un dispositivo de seguridad llevado a cabo en el barrio de Arenales, en Las Palmas de Gran Canaria, detuvo a cinco personas, tres de ellas menores, por los delitos de quebrantamiento de condena, reclamación judicial, y robo con fuerza.
Los hechos ocurrían en las inmediaciones de la calle Molino de Viento donde desde hace décadas muchas mujeres se dedican a ejercer la prostitución. La zona ha pasado ha convertirse en uno de los barrios conflictivos de la ciudad, fuentes policiales aseguran que la culpa la tiene el ‘crack’ y las consecuencias derivadas de su venta y consumo.
Situación insoportable
Según esas fuentes que han hablado para Atlántico Hoy y que prefieren mantener el anonimato, la situación se está haciendo insoportable para muchos vecinos de la zona ante lo que ya puede ser considerado como un ‘supermercado de la droga’. “Los fumaderos de ‘crack’ (casas terreras donde se vende y consume este tipo de sustancia) están sustituyendo a las mujeres que ejercen la prostitución. Cuando se hacen controles en la vía pública los presuntos narcos se introducen dentro de las casas y cesan la actividad hasta que la policía se va, por eso nos cuesta detenerlos”, indica.
“En las operaciones que hemos llevado a cabo vemos droga y también mucho alcoholismo. Se trata en su mayoría de hombres que van por las mujeres. Es una lástima porque las prostitutas que quedan son en su mayoría toxicómanas, que están allí porque tienen el negocio y la adicción”, explica la fuente a Atlántico Hoy.
Droga muy potente
“Toda la vida ha habido prostitución y en sí no genera mucho problema de seguridad ciudadana, el gran problema es la venta de droga, el ‘crack’ sobre todo”, insiste la policía.
“Es una droga que en los adictos, cuando la consumen, les produce un efecto estimulante muy potente e inmediato, pero muy corto, de ahí que tengan que estar constantemente consumiendo, porque después de esa gran subida viene una gran bajada que sólo se quita consumiendo otra vez, con lo cual tienen un efecto de ‘montaña rusa’ continua”, aclara.
El ‘crack’ no es la única droga que se vende en la calle. “Los consumidores de heroína que también los hay, sólo son problemáticos cuando sufren el síndrome de abstinencia”, explica.
“Hace falta un control integral de la zona de agentes uniformados y de paisano. Tal dispositivo a día de hoy es imposible debido a la merma de efectivos policiales en las plantillas tanto de Policía Nacional como de Policía Local”, concluye la fuente policial.
Detenciones
Las actuaciones de la policía en el barrio de Arenales y en concreto en la calle Molino de Viento son constantes. El 27 de junio del año pasado, cinco personas fueron detenidas en una operación conjunta entre agentes de la Policía Nacional y la Policía Local en esa calle por la venta de sustancias estupefacientes.
El pasado 10 de julio, agentes de la Policía Local detuvieron a un hombre por tráfico de drogas mientras realizaba transacciones de 'crack' también allí.