En una de las ocho maravillas canarias se encuentra un tesoro natural que evoca la majestuosidad de la selva amazónica —sin nada que envidiarle, claro está—.
Este bosque de laurisilva canario, un rincón de exuberante vegetación que transporta a sus visitantes a un mundo de verdor, misterio y biodiversidad. A medida que nos adentramos en este bosque, la sensación de estar ante una versión canaria del Amazonas se hace cada vez más palpable. Sus espesuras, su abundante agua y su vida nos sumergen en un universo de asombro y maravilla y no es otro que el Parque Rural de Anaga, en Tenerife.
Entre árboles
El parque rural se encuentra entre montañas y barrancos y es un espectáculo natural. Está cubierto de un manto verde de laurisilva y salpicado de caseríos encantadores.
Anaga se encuentra a menos de una hora de La Laguna y en menos de 60 minutos pasas del ajetreo de la urbe a un lugar rural mágico e inigualable escondido en la isla de Tenerife.
Excursión
Una excursión por el parque rural debe incluir el centro de visitantes de la Cruz del Carmen, en la carretera TF-1 y después, una caminata por el sendero de las Vueltas de Taganana, para disfrutar de una frondosa laurisilva y de un caserío histórico, Taganana.
Si con un día no tienes suficiente siempre puedes pernoctar en el albergue oficial Montes de Anaga o una de las múltiples casas de turismo rural del parque, sea como sea Anaga es el lugar perfecto para desconectar y caminar entre la naturaleza canaria.