El sector pesquero en Canarias ha reivindicado en múltiples ocasiones que se enfrenta a una serie de problemas urgentes. El riesgo de que sus barcos desaparezcan en las próximas décadas o la falta de relevo generacional son ejemplos de la realidad vivida por quienes salen cada mañana a faenar. Todo unido a que la flota de barcos en el Archipiélago tienen, de media, 47 años de antigüedad. Significa que buena parte de los buques llevan medio siglo —o más— navegando en aguas las Islas con el objetivo de que los marineros puedan ganarse el sustento. Las administraciones públicas publican ayudas, pero algunas generan todavía incertidumbre porque no se conocen sus términos.
“Europa quitó las subvenciones al Archipiélago, que yo recuerde, antes del año 2012, porque decía que no había esfuerzo pesquero. Desde entonces no se han convocado más”, lamenta Loli Guedes, administrativa de la cooperativa de pescadores del barrio de San Cristóbal (Pescatobal), en el cono sur de Las Palmas de Gran Canaria. En declaraciones concedidas a Atlántico Hoy, asegura que el Cabildo Insular sí convoca partidas para echarles una mano. Les viene bien porque “te adelantan el dinero, tú haces la inversión y luego justificas [que todo ha estado correcto]”.
Ampliar el caballaje
La cifra que refleja los casi 50 años de vida que tiene la flota pesquera de las Islas fue ofrecida por el Gobierno regional en una respuesta parlamentaria por escrito a una pregunta formulada por el diputado del Partido Popular (PP) Carlos Ester. Se trata de un tiempo que ha hecho mella en la efectividad de muchos barcos al necesitar una mayor modernización. “Aquí afecta evidentemente en la seguridad de a bordo, sobre todo aquí hay un problema muy grave con el tema de la motorización”, afirma Guedes.
“No se permite ampliar el caballaje —la potencia— de los buques”, dice, “cuando por ejemplo hay un agravio comparativo con todos los barcos que hay de pesca recreativa que van a años luz con respecto a lo nuestro”. Indica que lo único permitido es aumentarlo en un 10%, aunque comenta que “eso no puede ser”. “Hay embarcaciones aquí, por ejemplo, que se dedican a los túnidos y tienen que coger velocidad para ir detrás de todas esas especies”, apostilla.
Precio de los motores
“Afecta a todos los ámbitos porque yo tengo aquí compañeros que hacen una pesca de bajura local y muchos quieren comprar motores, pero no lo pueden hacer. Buscan poner un caballaje que incluso les dé más autonomía con el objetivo de llegar a tierra más temprano”, desarrolla. Exclama que hay gente “subsistiendo” y pasándolo “realmente mal” debido a que un motor puede costar hasta 30.000 euros.
La administrativa de Pescatobal resalta que la autonomía que tienen los profesionales de la mar “es escasa”. Ahora bien, incide en que gestionan con mimo toda la seguridad de la tripulación, así como “poner el barco a punto para que no pase nada”. “En comparación con otras comunidades autónomas se puede decir que aquí el riesgo es cero”, añade.
Ayudas del Gobierno
El Gobierno de Canarias pone sobre la mesa en la respuesta parlamentaria —del 29 de julio— que la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Seguridad Alimentaria está tramitando el Proyecto de Orden por el que se convocan, para el ejercicio 2024, las ayudas destinadas a la sustitución del motor principal de un buque pesquero y a la construcción de otros nuevos que tengan menos de 12 metros de eslora total.
“Nosotros sí es cierto que tenemos conocimiento con el anterior director general de Pesca, Armiche Ramos [ahora está al frente Esteban Reyes desde el pasado 1 de julio], de que están queriendo sacar convocatorias para la modernización de la flota pesquera canaria. Ahora bien, no sabemos cuáles son las bases. Habrá que saber qué caballaje. Porque si van a permitir el que te dice la normativa, que es aumentar, pues habrá muchos compañeros que dirán ‘pues para eso me quedo como estoy’”, expone Guedes.
“Si tú vas a esperar a que el Gobierno de Canarias saque la convocatoria, a no ser que contemplen los anticipos, habrá muchos compañeros que si no tienen economía no se van a poder acoger a estas ayudas [al no tener la capacidad de adelantar el dinero]. Esta realidad se lo hemos dicho a todos los directores que pasan por la Consejería, pero claro, parece que hacen oídos sordos. Cuando saquen la convocatoria, ojalá contemplen los anticipos porque así los compañeros se pueden acoger a este tipo de partidas. Si no, no tiene sentido”, culmina.