La Fiscalía pide tres años de cárcel para cada uno de los tres acusados de patronear un cayuco que llegó a Tenerife con 56 personas a bordo, dos de ellas menores.
El Ministerio Público sostiene que los acusados actuaron por encargo de los organizadores, y tras cobrar diversas cantidades de dinero asumieron las tareas de dirigir el cayuco, por lo que les atribuye un delito de favorecimiento de la inmigración ilegal.
El cayuco, de fibra y madera y de 12 metros de eslora, contaba con dos motores y resultaba "absolutamente inadecuada" para emprender una singladura por alta mar al carecer de luces de posición o sistemas de comunicación náutica.
La vida de sus ocupantes, en riesgo
Con todo ello la acusación pública estima que se puso en riesgo la vida y la integridad física de sus ocupantes, que tras cinco días de navegación lograron llegar a Tenerife.
A lo largo de la travesía los tres procesados se habrían encargado de asumir las funciones de navegación, tales como el manejo del timón y la fijación y seguimiento del rumbo operando con al menos dos dispositivos GPS, así como del mantenimiento del orden dentro del barco.
“De esta manera, con su indispensable actividad los tres encausados facilitaron materialmente la entrada en el territorio nacional eludiendo el uso de un puesto fronterizo portuario habilitado” para estos fines.
La Fiscalía redunda en que todos los viajeros carecían de la necesaria documentación acreditativa de identidad y de las autorizaciones administrativas de entrada y permanencia en España.