Durante el gran incendio de este verano en Tenerife -declarado extinguido el pasado viernes- se desveló, más que una fuente de conocimiento, una forma didáctica y cercana de explicar los ciudadanos los porqués, las consecuencias y el desarrollo de los acontecimientos de manera sencilla y, sobre todo, entendible.
Se trata de Fénix Canarias, una asociación creada por Roberto Castro y Juan Guzmán en el año 2019 tras el incendio sufrido por la isla de Gran Canaria. “Somos comunicadores a través de la red y después hacemos pequeños proyectos seleccionados y abiertos a la ciudadanía, proyectos piloto para hacer seguimiento de experiencias para que luego la administración continúe. Somos divulgadores, pero somos técnicos también”, explica a Atlántico Hoy Guzmán sobre la génesis de la asociación.
Labor de Fénix Canarias
Tanto Guzmán como Castro tienen los conocimientos necesarios para cumplir con esta labor divulgadora, pues ambos son ingenieros forestales.
“Después del incendio de 2019 vimos que la gente sufría el sentimiento de pena, que es lo primero que llega junto a la solidaridad. Nosotros siempre decimos que no tenemos bosques extensos, sobre todo comparado con la Península, pero sí los más queridos” contextualiza.
Animar a subir
Así, señala que lo primero que piensan las personas “es que todo ha desaparecido” y que hay que “volverlo a plantar”. Que no quieren subir “porque no quieren llorar” y lo que piensan en Fénix es todo lo contrario. “Hay que animar a subir, animar a consumir, animar a explicar y, sobre todo, si uno no va al monte intentamos bajar el monte a su casa”, abunda el cofundador de la asociación.
En este contexto, este ingeniero forestal comparte con los ciudadanos que los montes “están ahí para disfrutarlos”. Sobre todo, ahora “que están un poco tristes y apagados. Que no se dejen llevar por la melancolía, que ahora es cuando el monte los necesita”.
El uso del monte
Asimismo, reconoce la realidad de que “el monte debe recuperar su uso y no estamos hablando a meter cabras en medio del bosque, pero sí que en zonas limítrofes se mantengan actividades tradicionales, que consumamos montes, que aprendamos el monte, y eso es lo que vamos a intentar contando curiosidades y demás”, relata antes de ejecutar sentencia: “Aunque vivamos en la ciudad dependemos del momento para seguir viviendo”.
Con respecto al nombre, es fácil deducir de dónde viene la idea. “Viene del resto de la ceniza. El logo viene de un herrerillo canario, y te digo canario porque es el ave que tiene los colores de la bandera canaria, pero también es un ave que se quiere relacionar con el ave Fénix”, puntualiza su cofundador.
“El logo sale de una llama y al final la llama acaba pájaro. Es un poco demostrar la capacidad de resistencia del bosque canario a incendios no tan recurrentes, porque el bosque aguanta un par de bofetones, pero, no 1.000 bofetones”, agrega.
Los 20 tótems
El pasado viernes, Fénix Canarias acordó un convenio de colaboración con el Cabildo de Tenerife por el que han puesto en marcha ‘Tótems Tenerife’, ubicando 20 tótems por los montes, principalmente por las zonas quemadas, para que los visitantes de estas zonas puedan sacar sus fotografías en el tiempo e ir viendo la evolución.
“El convenio en realidad es un marco abierto a muchas acciones”, aclara Juan Guzmán. “Llevamos un año esperando para firmar el convenio y hacer divulgación forestal con el Cabildo de Tenerife, pero tuvo que acelerarlo el incendió de este verano”.
De esta manera, desarrolla que esta relación contractual sirve para poder actuar en otros proyectos que puedan ir saliendo, porque el único por ahora que está abierto en Tenerife es el de los tótems. Por ello, asegura que el convenio “necesitaba eso”, crear un “vínculo de comunicación entre el cabildo y nosotros”, puntualiza.
Zonas
Sobre el proyecto de los 20 tótems, el cofundador de Fénix Canarias explica que están ubicados en miradores y senderos, no solo en el perímetro, sino también en zonas quemadas. “Lo interesante es que cada tótem intenta contar una historia diferente. No están puestos ahí porque es bonito y ya está. Uno está puesto ‘aquí’ porque hay una masa que transformar, ‘aquí’ porque se ven unas claras que se hicieron en una época, ‘aquí’ porque el matorral se va a comer espacio...”, abunda.
En este sentido, reflexiona para acabar que “todos buscamos algo que contar. El paisaje, dónde se detuvo el año pasado de Los Realejos. La idea es que la gente haga sus fotos y se enganche Fénix y nos llega a través de la redes, y así aprende, sin miedo a contar las cosas e intentando borrar que la culpa la tiene de todo es de la administración”.