Todo empezó el 7 de abril, sobre las 23 horas de la noche. Mel y su marido Jonathan -junto a su hijo de 19 meses- sienten como un estruendo en su vivienda de la calle la Pardela, junto al Hospital del Norte, y seguidamente notan que se mueve la casa entera, desde la base. Lo primero que piensan es que fue un terremoto o un movimiento de tierra. Con el susto en el cuerpo se asoman a la ventana e, incluso, sus vecinos también lo hacen, pero no vieron nada. En la ingenuidad del momento Jonathan dice que habrá sido alguna estantería del piso inferior, pero Mel duda de que eso mueva la casa.
No es hasta la mañana siguiente cuando lo ven. “Jonathan fue por la parte de atrás de la casa y efectivamente vio que se había caído una piedra, pero no pensó que fuera tan grande. Fuimos abajo, al salón, y no vimos nada, pero cuando rodamos una estantería vimos el pedazo de boquete en la pared y una grieta que llega hasta arriba”, relata Mel a Atlántico Hoy.
La roca que amenaza
Fue en ese momento cuando comenzaron cuatro meses de impotencia y desamparo que han visto su final este jueves, cuando, por fin, el Ayuntamiento de Icod de Los Vinos, con el alcalde Javier Sierra a la cabeza, y empleados de la empresa Tacande -que estaban trabajando en el talud en San Marcos- se han personado en el lugar, pero no por los destrozos ya hechos (que también), sino porque una roca “del tamaño de un coche”, cuenta Mel, era la verdadera amenaza.
“Está cogida como por dos hilos, por así decirlo así, y como venga una lluvia fuerte va a caer y va a entrar por el salón para dentro y saldrá por el otro lado”, añade sobre un miedo que todavía convive con ellos hasta que se ejecute el plan trazado el jueves.
Cuatro meses de frustración y temor
No obstante, y a pesar de que ya se ve la luz la final del túnel, esta familia icodense ha vivido cuatro meses de incertidumbre por esa roca amenazante y por ese agujero en la pared del salón de estar tapado rudimentariamente por una plancha. Todo ello porque la roca se sitúa en una parcela, supuestamente privada, del que se desconoce el propietario.
“Estábamos intentando buscar por activa y por pasiva al dueño para ver si podíamos hacer algo con esta piedra y, en el caso de que no sea de nadie, por lo menos que el ayuntamiento actuara de oficio, como hizo abajo en playa de San Marcos cuando cayeron las piedras grandes”, reflexionaba Mel horas antes de la visita del jueves.
En este sentido, Jonathan y Mel se quejan porque, hasta ahora, no veían ninguna colaboración del Consistorio. De hecho, critican que en una reciente reunión con una técnico de Urbanismo a la que le trasladaron el problema y la duda de qué poder hacer, les dio a entender “con su lenguaje corporal que nos buscáramos la vida, porque no podía hacer nada”.
Una primera visita desconocida
Paradójicamente, ese día, 23 de julio, hubo una primera visita técnica a la ladera, pero como estaban en la reunión no lo supieron y la técnico, que desconocen si lo sabía, nunca se las mencionó.
Fue tal su enfado que se atrevieron a la desesperada a escribirle directamente al alcalde en su cuenta de Facebook, que, aunque tardó, les trasladó en mayo que el concejal, Jorge González, estaba en búsqueda del propietario del terreno, aunque esgrimiendo complicaciones. “Antes fuimos la Policía Local para poner una denuncia por lo que pudiera pasar y nada. Y yo pensando, bajo mi ignorancia, que vendrían a ser una atestado de lo que había pasado. Pues nos dijeron que no, que éramos nosotros los que teníamos que ir con la foto”, recuerda.
Reacción del ayuntamiento
Por su parte, fuentes del Ayuntamiento de Icod de Los Vinos han trasladado a Atlántico Hoy que el 22 de julio hubo una reunión al respecto a la que asistieron el representante del Parque Móvil, el concejal de Obras y Urbanismo, Jorge González, y un técnico y que al día siguiente se desplazan al lugar y solicitan información de la parcela para ver si existen titulares o si hay algún tipo de movimiento que se habían hecho anteriormente.
Sin embargo, la documentación del catastro intentando identificar a los propietarios de las diferentes fincas no tuvo éxito, porque el problema es que pone que la parcela se encuentra en investigación y no da ningún tipo de información.
Ese mismo día, además, piden el favor a la empresa Tacande Geotecnia, que se encuentra realizando los trabajos en el talud de la playa San Marcos, que se acercaran y les dieran su asesoramiento. “Son ellos los expertos en consolidación de terreno y los que nos podía indicar cómo proceder”, explican las fuentes municipales a este medio digital. “Da la casualidad de que nos dio cita para el 1 de agosto”.
El plan
Según ha podido saber Atlántico Hoy a través de fuentes ajenas al ayuntamiento, a la visita al lugar de este miércoles asistieron el propio alcalde, Javier Sierra; el concejal Jorge González, un técnico municipal y dos empleados de Tacande Geotecnia.
A falta del informe detallado y oficial del ayuntamiento, el plan para salvaguardar la integridad física de la familia afectada, así como de las propias viviendas, es que se va a romper la roca en cachitos para dejarlos caer y hacer una especie de muro de contención con el resto de las piedras ya caídas. Además, van a mallar otras piedras y ponerle unos tirantes. Todo ello, porque por el poco espacio que hay no se puede meter maquinaria pesada.
Asimismo, cuando terminen, el ayuntamiento se hará cargo de reparar el muro de la vivienda que destruyó la piedra que cayó hace ya cuatro meses.