El XIV Congreso Canario de Derecho Urbanístico celebrado en La Laguna se centró este jueves en la necesidad de modernizar y agilizar los planes urbanísticos como estrategia clave para afrontar la creciente crisis habitacional derivada del reto demográfico.
La presidenta del Observatorio Metropolitano de la Vivienda de Barcelona, Carme Trilla Bellart, subrayó la fragilidad del modelo actual de vivienda y enfatizó la necesidad de respuestas inmediatas y sostenibles. Según la economista, sería necesario construir al menos 130.000 viviendas sociales anuales en España para satisfacer las demandas actuales y futuras.
Por su parte, el arquitecto Gerardo Roger Fernández propuso soluciones como la industrialización del sector de la construcción para abaratar costes, la reducción de fiscalidad y burocracia para los promotores de vivienda social, y una gestión más eficiente del suelo público. En este sentido, sugirió que las parcelas destinadas a usos públicos podrían albergar viviendas sociales sin perder su designación original, combinándolas con otras infraestructuras, como centros educativos.
El catedrático de Derecho Administrativo Francisco Villar Rojas reforzó esta visión al recordar que en Canarias más de 26.000 personas han solicitado una vivienda social, una cifra que, según él, ha aumentado en los últimos años. “El problema de la vivienda lo tenemos hoy, y los usos del suelo deben adaptarse a esta realidad”, afirmó.
Reto demográfico
El congreso también abordó el impacto del reto demográfico en la cohesión territorial. Mercedes Molina Ibáñez, catedrática de Geografía Humana, y Guillermo Morales Matos, catedrático de Geografía Urbana, analizaron fenómenos como la despoblación y la superpoblación en las Islas.
Morales Matos fue crítico con las 51 medidas propuestas por el Gobierno canario para afrontar el crecimiento poblacional y los desequilibrios territoriales, calificándolas de "desiguales" y poco efectivas. Según el experto, estas medidas no abordan problemas estructurales como el declive de la economía agraria o la dispersión del tejido económico y social.
Asimismo, Morales destacó que la sobrepoblación en Canarias requiere un análisis profundo y soluciones adaptadas a la particularidad del Archipiélago: "No hay soluciones mágicas. Es esencial que tanto la clase política como la sociedad en general tomen conciencia de la gravedad del problema y actúen con responsabilidad".