El proyecto Dreamland, que pretende ser una ciudad del cine ubicada en las Dunas de Corralejo, ha despertado mucha polémica y contestación social. Una respuesta popular que se dejó ver desde el pleno en el que se aprobó como Bien de Interés Insular en el Cabildo de Fuerteventura hace algunos meses. Humberto Sosa, experto en urbanismo, tampoco ve buena la ubicación de la futura ciudad del cine majorera: “Yo entiendo que no es adecuada porque en origen tampoco es adecuado lo que el plan insular plantea de calificación de suelo para todo el malpaís cercano a las dunas”.
Sosa trabajó durante mucho tiempo como técnico en urbanismo en el Ayuntamiento de Tacoronte (Tenerife) y fue uno de los participantes en la redacción de la anterior Ley de Ordenación del Territorio. Cree que si Dreamland acaba levantándose donde está previsto, “las dunas terminarán por estar totalmente desprotegidas”. “Hay que mantener las dunas vivas”, añade.
"Es un suelo que hay que proteger"
El experto en urbanismo resalta que como majorero ha disfrutado de la Isla durante toda su juventud y que el de Corralejo es un suelo absolutamente icónico. “Es uno de esos paisajes que luego ponen en FITUR para que la gente venga a la isla, que nos identifica. Es un suelo que hay que proteger”, manifiesta.
Defiende que donde quieren colocar el proyecto es una unidad ambiental, un suelo íntimamente relacionado con las dunas y calificación de un suelo común. “Las dunas de Corralejo no es una cosa que esté separada de todo su entorno y así se declara como zona tampón en la reserva de la biosfera de Fuerteventura”, indica Sosa.
Papel de la Ley del Suelo
Humberto Sosa se muestra muy crítico con la actual Ley del Suelo y la figura de Bien de Interés Insular -la que se ha utilizado para justificar que el proyecto se lleve a cabo en cerca de las dunas-. El experto dice que es una figura que se debe usar solo en situaciones excepcionales, porque de lo contrario se rompe todo el esquema urbanístico de obligaciones y derechos. “Es como jugar fuera de juego”.
“Para montar una actividad económica hay mucho suelo urbano destinado a ello donde cabría perfectamente. En Fuerteventura hay mucho a medio usar y a medio urbanizar. O naves abandonadas. Ir a ocupar a un suelo que nunca lo ha estado es improcedente. No hay ningún porqué para hacerlo en un suelo que tenemos que poner en valor. Porque tiene un valor medioambiental muy alto”, defiende.
"Bueno, bonito y barato"
El experto considera que este proyecto jamás puede ser de interés insular, porque la ley dice que debe ser por causas sobrevenidas de urgencias y debidamente justificadas. “Si no, ¿cómo decidimos qué proyectos son de interés insular? ¿Porque lo decidan los políticos en ese momento?”, se pregunta Sosa.
Sosa piensa que las iniciativas privadas, además de tener que justificar una urgencia, deben actuar en cualquier suelo antes que en uno rústico. “En Dreamland han dicho que el suelo urbanizado es muy rígido… pues como para cualquier vecino o inversor. Esas son las reglas del juego”, apostilla. En definitiva, opina que las iniciativas privadas deberían ubicarse solo en zonas ocupadas —también conocidas como antropizadas—.
Sobre por qué se ha elegido esa ubicación, cuenta que es por dos razones. La primera, a su parecer, es porque es “bueno, bonito y barato”. La segunda es que se trata de una forma de entrar a ese suelo que no sería posible de otra manera. “Es una batalla que dan para ocupar ese suelo. Y si dejas que entren, probablemente te encuentres las dunas de Corralejo como están las de Maspalomas con los balcones de los hoteles encima de las dunas y que han anunciado que tienen una vida de 50 años”.