Los casos de infecciones de transmisión sexual en Canarias no paran de aumentar de manera exponencial desde 2015. Según ha adelantado la Dirección de Salud Pública de las islas a Atlántico Hoy, los datos de 2023 - próximos a publicarse - indican que el Archipiélago superó el millar de casos tanto en sífilis como en gonorrea y clamidia.
Este incremento de las ITS en la población se ha producido en Canarias, así como en el resto de las comunidades autónomas y países a nivel mundial, expone Guillermo Pérez, técnico del servicio de Epidemiología y Prevención de Salud Pública del SCS, que explica que el porqué de este crecimiento de contagios se debe a la caída en picado del uso del preservativo, el aumento del número de parejas sexuales, la pérdida de miedo a contagiarse, además de la mejora en las pruebas de detección, entre otros factores.
Un 60% más de casos de sífilis
Ya en 2022 Canarias se situaba como una de las comunidades autónomas donde más casos se detectaron de ITS, una tendencia que continúa en 2023 y parece que seguirá aumentando en 2024, indica el epidemiólogo. En el caso de la sífilis, en 2022 se registraron 697 personas con esta ITS, mientras que un año después, apunta Pérez, la cifra se elevó hasta 1.166 - 53 casos por cada 100.000 habitantes -, lo que supone un 60% más de contagios.
El incremento se ha producido en la gran mayoría de las ITS que vigila la entidad de sanidad pública al ser “las más prevalentes y las que suelen tener mayor repercusión o gravedad en la población”. Los diagnósticos de gonorrea pasaron de 474 en 2022 a 1.020 en 2023, lo que representa “una tasa de 46 casos por 100.000 habitantes”, mientras que de infección por clamidia el número ascendió de 710 a 1.333 en solo un año, con “una tasa de 61 casos por 100.000 habitantes”. En cuanto al VIH, Pérez señala que las cifras mantienen una estabilidad, es decir, “ni suben ni bajan”, permaneciendo entre los 180 a 220 desde 2015.
Menos condón y más parejas sexuales
La falta de uso del preservativo es uno de los principales motivos por los que las ITS han aumentado en la población canaria. El técnico de Salud Pública manifiesta que, “a pesar de las múltiples campañas” fomentado su utilización, la gente las percibe con “hastío” y “no lo conciben (el condón) como un accesorio en el acto sexual, sino lo ven como una barrera, un impedimento que dificulta el placer”.
A ello se suma otros factores poblacionales como “cambios conductuales” al “tener mayor número de parejas sexuales”, así como “mayor número de prácticas de riesgo” y el “aumento del uso de sustancias tóxicas”, como el alcohol y otras drogas, que disminuyen el control que se puede tener en estas situaciones.
Además, las personas parecen haber perdido el miedo a los contagios de este tipo de infecciones, describe Pérez, debido a que “son curables fácilmente con antibióticos” y, por ello, “no se lestá dando el valor que puedan tener”. Esto se ve sobre todo en la población joven, indica, que “no creció con la pandemia del VIH en los 80 y 90” y banalizan la enfermedad con “la aparición de nuevos tratamientos que han hecho que el VIH ya no sea letal, sino una infección crónica”. Aunque en todos los casos, se debe tener en cuenta que “se pueden llegar a producir complicaciones graves para la salud”.
Más allá de los causantes sociales, la mejora en las pruebas de detección ha conducido a que se puedan diagnosticar un mayor número de casos, ya que “la toma de muestras ya no es tan invasiva”, sino que se puede realizar a través de “una muestra de orina o con flujo vaginal básico, como una PCR para una muestra de COVID”, y también “la población accede a ellas con mucha más facilidad”, gracias, por ejemplo, a los puntos que ofrece la propia Consejería de Sanidad para ello o distintas ONG y asociaciones.
Ya no es una cosa de la edad
A día de hoy ya no se habla de un grupo de riesgo específico, aclara Pérez, dado que “al final toda la población sexualmente activa está expuesta a adquirir una ITS”. En lo que respecta a los rangos de edad, el técnico señala que “con el paso de los años, se ha visto un cambio epidemiológico, pues el incremento de contagios se ha producido en todos los grupos de edad”. Por ejemplo, “hace unas dos décadas, predominaba en personas jóvenes menores de 30 años”, pero ese patrón ha cambiado y “se observa un incremento muy significativo también en mayores de 35 años”. Los datos “están bastantes igualados entre los 25 a los 55 años”, afirma.
El crecimiento de contagios de ITS también se ve marcando dependiendo de la época. Pérez explica que desde Salud Pública se prevé los eventos o temporadas donde pueden producirse más interacciones sexuales, destacando, cómo no, los carnavales, así como el verano, meses en los que suelen celebrarse más fiestas, el clima anima a ello e incluso influye la llegada de turistas.
Hacerse al menos una prueba al año
A pesar de todos los factores sociales que han conducido a este incremento de las infecciones, Pérez resalta que la población también está más implicada y ha habido un aumento de la demanda de gente que solicita hacerse pruebas. El epidemiólogo aconseja que cada persona individual se realiza un cribado cada cierto tiempo según sus prácticas sexuales, es decir, el número de parejas sexuales o las veces que realice prácticas de riesgo, incluso si la persona no presenta síntomas. Por lo que el tiempo recomendable es de una cada tres meses o una al año dependiendo del comportamiento.
Asimismo, desde Salud Pública han planteado un cambio para sus futuras campañas de prevención, que esperan que sean más “innovadoras” y lleguen más a la población en general, no solo a grupos concretos y más allá de los eventos de carnavales, por ejemplo.