Estudiantes del IES El Rincón, en Las Palmas de Gran Canaria, vivirán este fin de semana dos jornadas de infarto. Estarán divididos en grupos de cinco personas y su objetivo será desarrollar un videojuego. El centro educativo ha organizado su cuarta Game Jam con un alumnado entregado que tiene las ideas muy claras. Durante 10 horas y media, con una pausa para el almuerzo, darán lo mejor de sí mismos para seguir aprendiendo de cara a conseguir el empleo de sus sueños.
Kilian González, docente y coordinador del curso de especialización en desarrollo de videojuegos –la formación profesional a la que pertenecen varios de los participantes–, cuenta que buscan promover el trabajo en equipo. “Nos interesa también que se desarrollen lo que son las habilidades, todo lo que sea colaboración, cooperación y comunicación con las personas que están al lado”, señala en declaraciones a Atlántico Hoy.
Tiempo para ejecutarlo
La idea es que el videojuego esté terminado en 48 horas, pero admite que luego, “en el fondo siempre es mentira porque acaba siendo menos tiempo”. “Nosotros no vamos a estar por las noches desarrollando”, agrega. También estarán allí jóvenes que se preparan en el Conservatorio Superior de Música de Canarias porque cuentan con un convenio ambas entidades educativas. Además, habrá personas dedicadas al diseño.
“Es una mezcla de ámbitos y de área que está muy guay, porque cada vez la parte tecnológica está más unida a la artística y eso a mí me encanta porque te permite desarrollar todo lo que sea la creatividad en mayor medida”, explica el profesor.
El procedimiento
Entre los propósitos del centro está acercar a los estudiantes al mundo de la empresa para que los contratistas “vean que hay gente dedicándose a esto”. “Mañana comenzamos la primera jornada con una microcharla que dará Laura del Pino, la antigua presidenta de la Asociación Canaria Desarrollo de Videojuegos donde dará unos tips sobre cómo se debe gestionar todo esto para poder llevarlo a buen puerto en las 48 horas”, declara.
En este tipo de actividades no son habituales las conferencias, “pero nosotros al final somos un centro formativo”. El proceso para la creación del juego es, en primer lugar, llevar a cabo un brainstorming; luego, un prototipo funcional sin imágenes para que el primer día funciones “y sea medio divertido”.
“En el segundo día deberían incorporar el arte que lo habrán estado desarrollando de manera paralela todos los artistas. Y ya por último los retoques finales para sacar el archivo ejecutable para jugar con él y presentarlo el domingo delante de todo el público”, prosigue González.
Proyecto costoso
Después llegará la mejor parte: se repartirá una caja de chocolatinas y unos diplomas. Eso sí, los alumnos se votan entre ellos para evitar competitividad o piques en unas jornadas donde debe imperar la hermandad, la concordia y las ganas de sacar un buen proyecto adelante. Sobre la formación en videojuegos pone sobre la mesa que son “el único centro que lo está impartiendo en formación profesional pública por lo menos este curso académico”.
“Es muy complicado porque la inversión de equipamiento es muy grande, no estamos hablando de 20 ordenadores que enciendan, tengan un teclado, un ratón y ya está. Cada equipo está de 1000 y pico euros para arriba, no son equipos económicos. También están las gafas de realidad virtual, las cámaras 360 y las tabletas de dibujo de ilustración”, indica.
Las ramas
Además, han trabajado en inteligencia artificial, Big Data y ciberseguridad: “Siempre fuimos los primeros en todos ellos”. Cuenta con orgullo que ahora mismo varios alumnos de la clase están optando a uno o dos puestos de trabajo para desarrolladores de videojuegos en la herramienta que trabajan durante el curso.
“Tenemos la esperanza de que, de los 20 que hay en total, varios terminen en empresas o monten sus propias compañías. Es un alumnado muy motivado con lo que está haciendo”, culmina.