Este es el rincón de Lanzarote que es obligatorio visitar si viajas a Canarias, según The Guardian

Como espacio geológico singular, monumento arquitectónico y hogar de un diminuto crustáceo, este lugar es de visita obligada en Lanzarote

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Los Jameos del Agua, en Lanzarote./ Redes
Los Jameos del Agua, en Lanzarote./ Redes

Al contacto con el aire las coladas de lava de una erupción volcánica pueden solidificarse y originar una cobertura inmóvil a simple vista. Pero cuando este fenómeno sucede la capa superficial se convierte en un eficaz aislante térmico que permite al magma seguir fluyendo en su interior, horadando túneles en la roca e incluso terminar desaguando en el mar sin haber entrado en contacto con el aire. Así se forman las cuevas o tubos volcánicos.

En Canarias, al igual que en otras regiones de origen volcánico como Hawai, son un elemento más del paisaje a pesar de que se encuentren en el subsuelo dado que desde época aborigen se utilizaron como casas, almacenes o cuevas funerarias. En tiempos más recientes se han adaptado para acoger visitantes, como el caso de la Cueva del Viento, e incluso se han convertido en auténticas obras de arte, tal y como ocurre en Los Jameos del Agua.

Por sus excepcionales condiciones geológicas y arquitectónicas, e incluso a nivel de fauna, este monumento erigido por César Manrique es uno de las visitas obligadas de Lanzarote y de todo el archipiélago, según reflejó el prestigioso diario británico The Guardian en un artículo firmado por Isabella Noble.

Los Jameos del Agua, en Lanzarote./ CACT Lanzarote
Los Jameos del Agua, en Lanzarote./ CACT Lanzarote

Un artista respetuoso

Este lugar mágico diseñado por César Manrique está situado en el interior del túnel volcánico que se había originado tras la erupción del Volcán de la Corona. Aunque tiene más de seis kilómetros de longitud y se prolonga desde el mismo cráter hasta el mar, introduciéndose bajo el océano un kilómetro y medio en el denominado Túnel de la Atlántida, el artista actuó en los segmentos más cercanos a la costa para crear los Jameos del Agua.

El término ‘jameo’ procede probablemente de un vocablo aborigen y se usa para denominar el hundimiento del techo de un tubo formado por lava volcánica. En este espacio se filtra el agua de mar y crea un lago interior en el que reside una especie endémica de cangrejos ciegos albinos, como pequeños puntitos blancos de apenas 2 centímetros de largo que resaltan sobre la oscuridad del fondo.

Imagen del Auditorio Jameos del Agua / LANZAROTE CONVENTION
Imagen del Auditorio Jameos del Agua / LANZAROTE CONVENTION

Un recorrido por los tres jameos

Para acceder a este entorno enigmático descenderemos por el Jameo Chico donde César Manrique visionó al detalle la iluminación, el mobiliario y  la jardinería en esta zona de transición hacia el Jameo Grande, donde encontramos el mencionado lago habitado por diminutos cangrejos. Por un pequeño camino que bordea el lago ascendemos hasta el Jameo Grande, en un viaje desde la oscuridad del lago hasta alcanzar una gran piscina de formas onduladas a plena luz del día.

Aparte del juego de luces entre interior y exterior, Manrique concibió el espacio desde un punto de vista cromático para crear contraste entre los basaltos y tonos oscuros de la roca hasta la luminosidad de los blancos y la vegetación. Si continuamos el recorrido accederemos a la entrada del Jameo de la Cazuela, donde el trabajo de la lava para crear el espacio y del artista para acondicionarlo resultan en un auditorio con capacidad para 550 personas. 

Los Jameos del Agua representan una de las obras esenciales que coronaron por su gusto para emplazar su obra en medio de un espacio natural único, convirtiéndose en pionero de la recuperación y puesta en valor de elementos de la naturaleza y del paisaje.

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