Canarias es sin duda una tierra de misterio. Las Islas están rodeadas de múltiples historias de leyendas o terror que sorprenden a sus habitantes y visitantes cada día. Una de estas historias paranormales, que pueden ser incluso de las más escalofriantes y conocidas, ocurren es un precioso barranco de la isla de Tenerife.
Se trata del Barranco de Badajoz, en el municipio de Güímar, ubicado en la zona suroeste de la isla. Es un afluente del Barranco del Agua y a 1852 metros en la cordillera dorsal que recorre casi diez kilómetros. Su parte superior se encuentra dentro de los espacios naturales protegidos de la Corona Forestal y del Paisaje Protegido de las Siete Lomas, por lo que se ha convertido en un lugar muy popular para hacer senderismo.
Pero además de su impresionante espacio natural y orografía, el Barranco de Badajoz posee leyendas y sucesos paranormales que han atraído a muchas personas de Tenerife que lo consideran un lugar mágico. También lo han visitado muchas personas de Canarias e incluso del territorio nacional e internacional. No solo gente local se ha adentrado en su interior para intentar encontrar este tipo de sucesos, también lo han hecho programas reconocidos en España como Cuarto Milenio.
Leyendas y sucesos
Entre las leyendas más conocidas está la niña de las peras. Cuenta la leyenda que a finales del siglo XIX, una niña del municipio fue a recoger peras en el barranco. Al parecer, la niña acompañó a un ser extraño que se encontró en el camino hasta el interior de una cueva, y después de hablar varias horas con él decidió regresar a casa. Según cuenta la leyenda popular, la niña se encontró con que sus padres ya eran ancianos, por lo que misteriosamente esas horas que ella pasó en la cueva fueron años para ellos.
Pero también el barranco oculta muchos sucesos paranormales que diversas personas que han pasado por allí a lo largo del tiempo aseguran haber experimentado. Por ejemplo, haber visto varias figuras luminosas vestidas de blanco, o luces, voces y pasos fuertes.
De hecho, en el programa Cuarto Milenio algunas personas insisten en haber visto estas figuras, e incluso estar cerca de ellas. También recogen testimonios como el del fotógrafo Teyo Bermejo, quien contó que durante una acampada pudo captar distintas luces tras sentir unos fuertes pasos. Otra de las leyendas que destacan es la de unos mineros que mientras se encontraban a principios del siglo XX haciendo excavaciones para abrir una galería, vieron cómo estas entidades de luz en forma de humano pasaban por su lado.