Cuenta la leyenda que esto de los apellidos viene de muy lejos, concretamente hacia el año 2850 antes de Cristo y no fue precisamente en Europa cuando comenzó la tradición, sino en China. Para que llegase a nuestro continente tuvo que pasar bastante tiempo, pues no fue hasta la Edad Media cuando se instaló este sistema de reconocimiento para identificar a las familias nobles.
Al principio solo las clases altas eran dignas de tener un apellido y el método era muy básico, casi siempre se referían al lugar de nacimiento o residencia, al aspecto físico de la persona o incluso su oficio. Posteriormente dejó de ser una costumbe de la alta sociedad y se fue extendiendo a lo largo del mundo y al resto de clases sociales.
El Instituto Nacional de Estadística refleja el apellido más usado en Canarias, y no, no es canario. Se trata de Rodríguez, de origen germánico y lo tiene el 86,4% de los canarios. En total 926.207 personas en toda España se apellidan así.
Origen del apellido
Según la Real Academia Española (RAE), Rodríguez se refiere al "hombre casado que se queda trabajando mientras su familia está fuera, normalmente de veraneo". Pero en sus inicios el apellido significaba "hijo de Rodrigo" y es de origen germánico. Los apellidos acabados en -ez significan "hijo de".
El apellido se extendió primero por las regiones de Asturias, León, Aragón, Galicia, La Rioja, Navarra y posteriormente al resto del territorio nacional llegando a Canarias. Los historiadores datan el origen del apellido en los descendientes del Infante don Nuño, hijo de Ordoño I, que fue Rey de Asturias y León.
Lo cierto es que ahora el apellido se ha extendido tanto y por tantos territorios que queda poco de esa sangre noble y forma parte de un apellido más, con origen cada vez más lejano y de uso cada vez más común.