Esta es la palabra canaria que sorprende en el resto de España: no la entienden

Algunas palabras muy frecuentes en el habla canaria, como las que indican cantidad, resultan difíciles de comprender fuera de las islas

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En ocasiones las particularidades del español de Canarias pueden confundir a otros hablantes. / AH
En ocasiones las particularidades del español de Canarias pueden confundir a otros hablantes. / AH

En materia lingüística nada se mantenía invariablemente puro durante mucho tiempo. Las palabras van mutando al capricho de cada hablante y finalmente es la voluntad de toda una comunidad la que aceptan o descartar términos, acentos, pronunciaciones, significantes y significados. Lo interesante de este proceso es que en las lenguas van cristalizando voces como fósiles que remiten a rasgos históricos de la identidad de cada pueblo.

En el caso del dialecto canario, el filólogo Marcial Morera, autor del Diccionario histórico-etimológico del habla canaria, afirma que "las fuentes más importantes del habla canaria son el español, en segundo lugar el portugués y, en tercer lugar, las lenguas canarias prehispánicas, aunque más en la toponimia que en el vocabulario común. Por último, pequeñas aportaciones por parte de los moriscos o los normandos, así como adaptaciones de voces inglesas".

Con este compendio de influencias, unidas a las disparidades que en ocasiones encontramos entre islas, es frecuente que el hablante peninsular encuentre dificultades para desentrañar el significado de algunas palabras tan usuales como aquellas que indican cantidad, sea mucha o poca, de cualquier cosa.

Fleje y fisco

Son palabras antónimas a la hora de indicar cantidad: mucho y poco o, si se pronuncian con énfasis, muchísimo y poquísimo. Pongamos por ejemplo que tomas un barco en Gran Canaria con fleje de hambre y a bordo picoteas algo. Entonces lo más probable es que llegues a tu destino en Tenerife solo con un fisco de hambre. Tan caprichosa es el habla del archipiélago que, si el viaje fuera en sentido inverso, al llegar al puerto de Agaete o de Las Palmas, lo que tendrías es un pisco de hambre. 

Así como el uso de fleje para indicar grandes cantidades parece una transpolación de otra de sus acepciones -haz, fajo o legajo-. Según las primeras versiones recogidas por el Diccionario histórico del español de Canarias era un término frecuente en entornos rurales para referirse a conjunto de unidades separables, como un flejes de cañas de azúcar o flejes de varas de acebiño.

En el caso de fisco o pisco podría tratarse de una adaptación de la palabra 'pizca' ya que, de hecho, se constata el uso de un vocablo intermedio como 'fisca'. Por otra parte algunos estudiosos defienden que procede, por equivalencia acústica de los términos 'cisco' o 'cisquito', cuyo origen podría encontrarse en la denominación de pequeñas fragmentos de carbón.