La teoría de cómo se crearon las islas canarias está algo difusa, pero la que tiene más sentido y peso dice que hace unos 20 millones de años, la placa africana pasó por encima de un punto caliente en medio del Atlántico sentido noroeste a la vez que se fue creando el Archipiélago. Primero fue Fuerteventura, que tiene unos 23 millones de años, luego Lanzarote con 15, y finalmente, El Hierro y La Palma, que tienen 1,1 y 1,7 millones de años.
Entre todas esas teorías que explican la aparición de las ocho islas, no se habla de la más misteriosa, la que hace siglos aparece en los escritos, la novena, San Borondón.
San Borondón, la novena Isla de Canarias
San Borondón forma parte de las leyendas canarias, pero durante años parecía ser una realidad —un territorio cercano a la isla de El Hierro, en el extremo occidental del Archipiélago—. Según los antiguos escritos, aparece y desaparece y en alguna de sus apariciones quedó retratada en fotografías.
Su nombre se debe al monje irlandés del siglo VI San Brandán el Navegante, quién dedicó su vida a la evangelización de los pueblos. Según cuenta la leyenda, al oír relatos maravillosos sobre la supuesta Isla, se lanzó al mar para encontrarla durante siete largos años.
La Encubierta, La Non Trubada, Encantada, Perdida, Aprositus o Inaccesible son algunas de las denominaciones que también se han otorgado al territorio por su caracter mitológico e incierto.
De dónde sale la novena isla
En el siglo XV Toscanelli y Andrea Blanco trazan su entorno y un siglo después, Leonardo Torriani —ingeniero militar, historiador y geógrafo al servicio de los reyes Felipe II, Felipe III y Felipe IV— describió las dimensiones y localización de San Borondón recogiendo los testimonios de los marineros.
También aparece en el Tratado de Alcazobas, donde se determinó que San Borondón pertenecía al Archipiélago Canario.
San Borondón en Argentina
En Buenos Aires, Argentina, se encuentra la Bahía de Samborombón, nombrada así durante la expedición de Magallanes. Se creía que se había generado a causa de un desprendimiento en la isla de San Borondón.
Los medios de comunicación también fueron partícipes de la popularidad de la isla mitológica, pues en 1958 se publicó una foto en el ABC de esa supuesta novena Isla tomada desde los Llanos de Aridane, en La Palma. La foto mostraba también a dos niños que se bañaban en unos estanques que fueron testigos de la imagen retratada.
¿Cómo se forman las islas?
Las islas son fascinantes formaciones geográficas que se crean a través de diversos procesos geológicos. Existen principalmente dos mecanismos mediante los cuales se forman las islas: la actividad volcánica y los cambios en el nivel del agua oceánica.
Formación de islas por actividad volcánica:
Una de las formas más comunes de formación de islas es a través de la actividad volcánica. En las zonas donde las placas tectónicas se encuentran, el magma puede ascender a la superficie a través de fisuras en la corteza terrestre, emergiendo como lava. Con el tiempo, esta lava se enfría y se solidifica, acumulándose en capas sucesivas hasta formar una masa de tierra que sobresale del nivel del mar. Este proceso puede dar lugar a la aparición de nuevas islas, especialmente en áreas con una intensa actividad volcánica submarina. Ejemplos notables de islas volcánicas incluyen las Islas Hawái y las Islas Galápagos.
Cambios en el nivel del agua oceánica:
Otra forma significativa en la que se crean las islas es a través de cambios históricos en el nivel del mar. Durante diferentes épocas geológicas, los niveles del mar han variado considerablemente debido a factores como las glaciaciones y el derretimiento de los casquetes polares. Cuando el nivel del mar desciende, áreas de la plataforma continental que antes estaban sumergidas pueden quedar expuestas, formando islas. Por el contrario, cuando el nivel del mar sube, puede cubrir áreas previamente expuestas, separando fragmentos de tierra del continente y convirtiéndolos en islas.
En teoría, es posible presenciar la aparición de nuevas islas luego de grandes erupciones volcánicas submarinas o importantes movimientos tectónicos. Sin embargo, estos procesos suelen desarrollarse a lo largo de períodos de tiempo muy prolongados, a veces millones de años, lo que hace que la observación de la formación de nuevas islas sea un evento excepcional.
Por lo tanto, las islas son el resultado de complejos procesos geológicos que reflejan la dinámica continua y la evolución de la superficie terrestre. Su formación es un testimonio de las poderosas fuerzas de la naturaleza, desde la actividad volcánica hasta los cambios climáticos que afectan el nivel del mar.