La pandemia por la COVID-19 hizo que muchas personas cambiasen su estilo de vida. Se pasó de un ritmo frenético a la actividad cero de la noche a la mañana. En ese momento, cuando las personas estaban encerradas en un piso o una casa con jardín —en el mejor de los casos—, hubo tiempo para la reflexión. No es un secreto que del estrés derivan múltiples enfermedades y ese parón obligatorio tan necesario fue el clic que hizo que miles de personas cambiasen su forma de ver y entender la vida. Cambiar los lujos por una casa sobre ruedas fue una de las opciones que más gustó.
Una pequeña cocina de gas, un colchón, el famoso "potti" y una ducha que mide lo justo y necesario para asearse sin remilgos, es el nuevo concepto de sueño americano que ha cambiado una casa con jardín, por un coche de grandes dimensiones que te permite dormir y amanecer en el pueblo más hippie de Canarias: Valle Gran Rey, en La Gomera.
El pueblo más hippie de Canarias
La Gomera es una de las islas más verdes y el municipio de Valle Gran Rey también lo es. Se sitúa al oeste y su popularidad se asentó en los años 60, cuando el movimiento hippie estaba en plena ebullición. De origen estadounidense, este movimiento también llegó a Canarias y hoy está viviendo un nuevo resurgimiento gracias a los nuevos estilos de vida que se imponen sobre ideales pasados de riqueza y velocidad.
Y es que La Gomera se ha convertido en un destino muy buscado por aquellos que llaman "Nómadas digitales" , una corriente muy parecida al hippismo del siglo pasado en cuanto a valores de vida. Las personas que deciden retirarse a lugares más tranquilos aprovechando que tienen un trabajo 100% remoto han convertido zonas paradisíacas como La Gomera en su nuevo hogar.
Gracias a la tradición vivida en los 60, el lugar mantiene su aura alternativa, al tiempo que recibe hoy a quienes vienen a buscar esa misma esencia. Sin duda, Valle Gran Rey se ha coronado como uno de esos lugares que parecen atemporales, en los que todo parece ocurrir en una pacífica realidad paralela que permiten dejar al margen los problemas y dar rienda suelta a nuestro lado más hippie, sin tapujos.
Una naturaleza salvaje
Desde 2012, la Isla al completo es considerarada Reserva de la Biosfera, poniendo en valor los esfuerzos de sus habitantes por conservar el patrimonio natural y equilibrio junto con el desarrollo económico de la isla, logrando un crecimiento sostenible. Además, en el centro de la isla se encuentra también el Parque Nacional de Garajonay, declarado Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO en 1986. También es un lugar que invita a visitar sus numerosas playas y miradores, que harán soñar a más de uno.
Otros espacios naturales protegidos son La Reserva Natural Integral de Benchijigua, La Reserva Natural Especial de Puntallana, El Parque Natural de Majona, El Parque Rural de Valle Gran Rey y El Paisaje Protegido de Orone, entre otros.