La portavoz del Comité Científico del Pevolca y directora del Instituto Geográfico Nacional (IGN) en Canarias, María José Blanco, ha asegurado este miércoles que el final de la erupción no se producirá "ni a corto ni a medio plazo".
Ello es debido a que la emisión de dióxido de azufre asociado al penacho volcánico en La Palma continúa registrando valores altos y acordes al proceso eruptivo, alcanzando valores de 17.774 toneladas diarias.
Blanco ha recordado que para calcular el final de la erupción se utilizan varios parámetros, como la tasa de emisión de dióxido de azufre, que tendría que estar en 100 toneladas diarias, e incluso menos; la deformación y el nivel de sismicidad, parámetros que en estos momentos no cumplen los requisitos para poder decir que el final de la erupción está próxima.
Por su parte, el director técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, ha relatado que la colada está avanzando "muy lentamente" y "perdiendo fuelle" en relación a la que está situada más al sur, que se está moviendo a más velocidad -unos 50 metros por hora- y está acumulando el máximo de energía y empuje desde el centro de emisor.
La superficie afectada por la lava hasta ayer martes se situó en 640,27 hectáreas, lo que supone 27,94 más que el día anterior, y la anchura máxima de la colada es de 1.770 metros, 250 metros más, debido al ensanchamiento causado por la colada que procede del noroeste.
Según datos del satélite Copernicus, un total de 1.541 edificaciones/construcciones han resultado afectadas por la lava, de las cuales 1.408 han sido destruidas y 83 están en riesgo. Por su parte, los datos del Catastro indican que hay 937 edificaciones efectivas afectadas, de las cuales 763 son de uso residencial, 83 de uso agrario, 45 de uso industrial, 22 de ocio y hostelería y 18 de uso público y otros.