Hace un mes nadie hubiese imaginado que los municipios turísticos más importantes de Canarias, mostrarían la estampa que hoy ofrecen: hoteles cerrados, ciudades fantasmas donde solamente los locales acuden a comprar al supermercado o a la farmacia, playas precintadas, y aeropuertos aún con turistas pero que regresan urgentemente a sus países de origen y miles de trabajadores que de momento pierden su empleo.
Una pandemia global y la mayor crisis sanitaria de la historia desde hace mucho tiempo, se adueña del mundo. Serán momentos muy dolorosos en España, en primer lugar para los familiares de los fallecidos, y para todos los héroes que se están jugando la vida (médicos y personal sanitario, farmacéuticos, empleados de supermercados, personal de limpieza, trabajadores del UME, policías, guardias civiles, bomberos, etc) incluyendo también a las familias confinadas en casa, con miedo a contagiarse, a perder el empleo y el sustento para su familia, con preocupación y frustración por tener que cerrar o hacer Ertes en sus empresas.
El covid-19 domina las noticias, nuestros planes de viajes y nuestras vidas.
La industria turística, una de las más afectadas
Sin duda la industria turística y de los viajes, es una de las más vulnerables ante situaciones como la que estamos viviendo, ya que viajar no corresponde a una necesidad básica, sino al deseo de explorar y conocer mundo.El consejo de viajes y turismo mundial (WTTC- The world travel and tourism council) estima que 50 millones de puestos de trabajo están en juego debido a esta crisis sanitaria y que una vez el estallido de esta epidemia se supere, podría llevar hasta 10 meses de recuperación para la industria turística. Sin embargo, hay un lado positivo que los expertos en economía turística observan, esperando una completa recuperación del turismo y los viajes para el 2023.
El papel de la promoción turística
Estos deben ser momentos de incertidumbre tanto para las administraciones turísticas en Canarias como para las empresas turísticas, ya que el turismo en las islas aporta el 35% del PIB, y el 40% del empleo en Canarias depende del mismo.
Si bien el miedo no debe paralizarnos, si es cierto que nos enfrentamos a una situación sin precedentes que debe hacernos plantear el papel que tendrá que tener el marketing y la promoción turística de Canarias, cuando las ganas de viajar serán pocas de momento. Hay que ser conscientes, de que primero, tiene que erradicarse el virus, y del miedo y psicosis que esta situación va a generar en muchas personas, que si deciden viajar, lo harán con las máximas garantías de ir a un sitio seguro.
La decisión de comenzar a promocionar nuevamente el destino tendrá que tener en cuenta que este se perciba como un lugar sin riesgo. Sin embargo la complejidad de esta situación está en que un destino que aparentemente tiene un riesgo bajo, puede convertirse en alto si los turistas que recibimos vienen de otros países donde aún no se ha terminado de controlar el virus o son de alto riesgo.
Cuándo empezar a promocionar el destino para que las pérdidas no sean tan elevadas y cómo hacerlo teniendo en cuenta los países a los que vamos a dirigir esa promoción, es ahora crucial, pero lamentablemente, se nos escapa de las manos, pues depende no sólo de cómo evolucione la pandemia a nivel local y nacional, sino a nivel internacional.
Un nuevo enfoque
Esta crisis sanitaria global debe encerrar muchas enseñanzas a la humanidad y ya se está notando. Dicen que las grandes tragedias llevan implícito una bendición.
A nivel social, ya sabemos de la gran importancia que se debe prestar a la sanidad en todos los países, esto nos está enseñando a ser más humanos, solidarios, a valorar lo que realmente importa, a compartir más tiempo de calidad con nuestras familias, a ser humildes y dejar a un lado el ego, la soberbia, el afán de poder, la competitividad, porque en un segundo, con una simple partícula del aire que respiramos de este fatal virus, todos somos vulnerables.
A nivel empresarial, y en concreto en el sector turístico, sin duda será necesario un nuevo enfoque. El planeta ha respirado por fin, nos estaba pidiendo alejarnos de ese turismo de masas en el que nos hemos centrado siempre, así que considero que las líneas de actuación deben ir por ahí: hacia un turismo más sostenible, un turismo de salud donde las personas se mantengan fuertes y saludables mientras viajan, un turismo solidario donde se ayude a las comunidades que visitan que ahora más que nunca deben recuperarse, y en un primer momento también ha de dirigirse hacia una clase alta que será la menos afectada por esta crisis económica y podrá viajar más pronto, pero para ello habrá que invertir en excelencia y formación.
Ahora más que nunca se requiere la unión del sector turístico privado y público para que juntos seamos un destino no solamente que ofrece uno de los mejores climas del mundo, paisajes, gastronomía, sino un destino seguro, solidario, que cuida de la salud de nuestros turistas y del entorno.