Los educadores sociales de Canarias denuncian intrusismo e inestabilidad laboral en su profesión

El colectivo de la isla de Tenerife ha impulsado una plataforma para reunir a los profesionales y estudiantes del sector a nivel insular

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Beatriz y Jauci, portavoces de la Plataforma de Educadores Sociales de Tenerife. / ATLÁNTICO HOY - ALBA MARICHAL
Beatriz y Jauci, portavoces de la Plataforma de Educadores Sociales de Tenerife. / ATLÁNTICO HOY - ALBA MARICHAL

Los profesionales de la Educación Social en Canarias se enfrentan históricamente al intrusismo y a la inestabilidad laboral en todos sus ámbitos, por lo que reivindican la mejora de su ejercicio laboral.

Aunque cuentan con un Colegio Profesional en el Archipiélago, en Tenerife han decidido impulsar una plataforma con el fin de reunir a los profesionales del sector. De esta manera buscan unirse e impulsar varias líneas de trabajo con el objetivo de que se les brinde ese reconocimiento profesional, ya que son una disciplina pedagógica. 

Entre sus propuestas está recuperar la historia de la educación social en la isla con la creación de grupos de trabajo, denunciar el intrusismo laboral o la precariedad, realizar un mapeo sobre el número de educadores existentes, así como dar a conocer las practicas socioeducativas que se están llevando a cabo y colaborar con la Plataforma de Lanzarote, la única que existe junto a la Tenerife. 

"Necesitamos más contacto entre nosotros"

La plataforma surge según explican dos de sus portavoces, Beatriz y Jauci, por la necesidad de transmitir las realidad que están viviendo y defender la profesión de forma colectiva. "Nos movemos en un ámbito social pequeño, por lo que es necesario formalizar un grupo de encuentro en el que poder trabajar, defender y visibilizar nuestra labor", apuntan a Atlántico Hoy. En este sentido, el grado de Educación Social solo se imparte en Tenerife a través de UNED, mientras que en Las Palmas de Gran Canaria es un grado de la ULPGC con clases presenciales. De hecho, uno de los objetivos es abrir la plataforma a los estudiantes para que aprecien de primera cómo es el ejercicio de la profesión. 

Y es que se trata de una profesión que padece dos problemas: el intrusismo y el desconocimiento. "De forma general se desconoce lo que puede hacer la educación social, a lo que se suma el intrusismo de que cualquier categoría profesional puede presentarse a ofertas de trabajo para nosotros. Hemos tenido que escuchar la excusa de que la profesión es nueva, cuando la diplomatura lleva desde 1991. Ocurre con toda la profesión, porque no hay una ley que la regule y por ello no se nos exige estar colegiados", señalan. 

De esta manera consideran la unión y el contacto como una clave para impulsar sus reclamos, y por ello denuncian la falta de un espacio físico en Tenerife para poder reunirse, ya que cuentan que el Colegio Oficial suprimió la sede presencial que tenían en la isla. 

Estabilidad en los centros educativos 

Entre todas las demandas insisten en una que consideran básica: que se introduzca la educación social en el sistema educativo, ya que en la Ley de Educación de Canarias 2014 viene registrada y confirmada por un convenio entre el Ceescan y la Consejería de Educación. 

No todos los centros tienen educador social ni plazas en el sistema. "Queremos que después de siete años la Consejería de el paso y saque plazas porque al final la incertidumbre genera precariedad al educador social y da inestabilidad al alumnos", insisten.  

Se trata incluso de una figura que demandan todos los centros educativos. Porque, tal y como denuncian, no solo buscan tratar con alumnos en situación de vulnerabilidad, sino para prevenir muchos aspectos de la realidad.

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