Más del 68% de las mujeres canarias consideran entre regular y muy mala la educación sexual que han recibido durante su vida. Además, en el conjunto nacional, las mujeres de las islas son las que menor percepción tienen del riesgo que suponen las prácticas sexuales sin protección.
Así lo ha determinado un estudio realizado por el Observatorio de Salud Femenina impulsado por la plataforma Bloom. Aunque Las Palmas destaque como la provincia donde las mujeres consideran que tienen peor percepción de su educación sexual con el 36,54% así como del conocimiento de las ITS con el 44,23%, Santa Cruz de Tenerife no se queda atrás, donde solo el 34,04% aseguran que dicha educación es buena.
La investigación se centra en las zonas turísticas, que según el observatorio es donde más Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) se dan. De hecho destacan que en 2019 Tenerife y Gran Canaria albergaron el 65% del turismo de las islas y la elevada cifra del 91% de casos de ITS, incluyendo infecciones por clamidia, gonorrea, sífilis y VIH.
Poca percepción de riesgo ante prácticas sexuales
Además de que este 68% de las mujeres de las islas valoren como baja su educación sexual, a nivel nacional la tendencia sobre nociones de educación sexual es bastante regular. Donde sí destaca Canarias, según el estudio de Bloom, es que es la comunidad donde existe una menor percepción de riesgo hacia las prácticas sexuales.
''Las mujeres Canarias tienen una percepción de riesgo menor a la hora de desarrollar prácticas sexuales sin protección o por ejemplo el sexo oral que el resto de las Comunidades Autónomas. El 29’53% creen que es poco probable o imposible el contagio es practicas que pueden ser de riesgo'', explica Ana Rojas, periodista e investigadora de Bloom.
La edad también es un factor de importancia. ''Vemos que las mujeres más jóvenes, aquellas entre 18 y 24 años, son también las que tienen una peor percepción de su educación sexual. El 34,23% de ellas la valoran como muy mala'', destaca.
Necesidad de mejorar la educación sexual
''El problema de la educación sexual es que está externalizada, y depende de talleres puntuales que se puedan hacer en centros educativos. Por ejemplo, no hay un plan de educación sexual que esté sistematizado desde el que puedes empezar a aprender desde que eres niño hasta adolescente y luego pues que tu vayas a ser atendido en tu centro de salud''.
En este sentido, la investigadora resalta que lo ideal sería crear un sistema a nivel educativo, sanitario y social en los centros competentes para tener esa visión global de la educación sexual, y no porque una persona ''haya tenido la suerte de que, en un momento determinado, le hayan dado un taller en su centro educativo.