El abandono escolar temprano —no acabar la ESO— es uno de los problemas que más preocupa desde hace muchos años en las aulas. Durante el boom inmobiliario eran muchos los jóvenes quienes cambiaban los apuntes por la obra para ganarse la vida. En 2008, una vez explota la burbuja y comienza la crisis, se experimentó un cambio de tendencia. En Canarias, que no fue ajena a aquella realidad, parece que el inconveniente persiste, pero con otro sector: el turismo.
El viceconsejero de Educación del Gobierno autonómico, José Manuel Cabrera, asegura en declaraciones a Atlántico Hoy que la tasa de abandono escolar mostró una notable mejoría a lo largo de 2024. Las cifras son positivas hasta el punto de que las previsiones apuntan a que cerró en torno al 13%, acercándose por primera vez a la media nacional.
"Una reducción considerable"
“Si valoramos los últimos años”, apunta, “el Archipiélago experimenta una reducción considerable desde el 20,8%”. Han sido varios los avances y las iniciativas puestas en marcha con el objetivo de reducir el número de alumnos que deciden no continuar con sus estudios: desde el cambio cultural que se ha producido pasando por la incorporación de la FP Dual. Pero, al parecer, todavía hay un hándicap.
Cabrera pone sobre la mesa que pese a los esfuerzos, el alumnado de las Islas sigue teniendo barreras importantes que se deben ir derribando. “Vivimos en un archipiélago con una industria turística como principal motor de la economía, que ofrece un acceso rápido al mercado laboral”, asevera.
Mejorar la accesibilidad
Por si alguien aún se pregunta cuál es la consecuencia directa, esto provoca “que algunos jóvenes abandonen la escuela o no completen sus estudios superiores”. El viceconsejero de Educación agrega que el sistema, consciente del asunto, trata de mejorar la calidad y la accesibilidad con incentivos como becas, ayudas económicas o programas de apoyo a los estudiantes que deseen continuar su formación.
Todo con la finalidad de “reducir el abandono escolar y motivar a los jóvenes a ver el valor de la educación a largo plazo”. Volviendo a las cifras -que van a mejor-, Cabrera las destaca como un gran avance que supone una recuperación tras el repunte registrado en 2023, cuando la tasa llegó al 14,7%.
Educación flexible
El análisis que hacen desde la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes es que la tendencia positiva viene marcada por muchos factores que se están incorporando de forma progresiva. Un ejemplo es la flexibilidad educativa, algo que ha sido “clave” para reducir el abandono escolar.
Incluye la implementación de una organización formativa más adaptada a las necesidades de los jóvenes, con el objetivo de mantener su interés y garantizar que continúen su trayectoria educativa.
Materias optativas
“Entre otras medidas, la incorporación de materias optativas en la ESO, la posibilidad de acceso a estudios superiores mediante pruebas externas, así como la mejora de las competencias lingüísticas y matemáticas”, continúa.
El cambio cultural que ha ido de la mano con una mayor conciencia sobre la importancia de la educación también ha jugado un papel principal. La mejora en la orientación educativa y profesional desarrollada por la Consejería en estos años ha jugado un papel clave al guiar a los jóvenes en la elección de trayectorias formativas y laborales”, subraya.
Beneficios
Además, ha mejorado el nivel educativo de las familias, lo que ayuda a entender mejor los beneficios a largo plazo de la educación. De esta manera son más propensas a apoyar la permanencia de los jóvenes en el sistema educativo, reforzando así una cultura de aprendizaje que se perpetúa en el tiempo.
Otra cuestión importante es la mejora en el bienestar del alumbrado en los centros educativos —a través de la prevención de la violencia y el acoso o la figura de los coordinadores de igualdad—, así como la incorporación de la formación profesional (FP) Dual.
Prácticas
“Supone un salto significativo, al combinar formación teórica en el aula con experiencia práctica en empresas. Este modelo educativo no solo mejora la empleabilidad de los jóvenes, sino que también les proporciona una conexión directa con el mercado laboral”, reflexiona Cabrera.
Bajo su punto de vista, Canarias sigue avanzando hacia un sistema educativo más inclusivo y orientado a reducir desigualdades. “Las autoridades educativas destacan la necesidad de mantener políticas que fomenten la permanencia en los estudios y minimicen el impacto de factores externos como el mercado laboral”, concluye.
Los profesores
Pedro Crespo, presidente del sindicato ANPE Canarias, pone en valor que en 2013 el indicador estaba en el 27,5%, “es decir, que en diez años se ha reducido prácticamente a la mitad. Sin duda, es un avance muy importante”. Ahora bien, la tasa ha vuelto a repuntar y el Archipiélago está entre las siete comunidades autónomas con el índice más elevado.
Aclara que no se debe caer en el alarmismo, “pero sí prestar atención a los datos y tomar medidas al respecto con el fin de retomar la tendencia descendente”. “Para ello, es necesario incrementar las partidas presupuestarias para la enseñanza pública. Estamos lejos aún del umbral mínimo de inversión, establecido por la Ley Canaria de Educación no Universitaria en el 5% del PIB del Archipiélago”, añade.
Más inversión
“Un incremento de inversión educativa permitiría, por ejemplo, reducir el número de alumnos por docente. Esta es una medida sobre cuya necesidad viene insistiendo ANPE y el conjunto del profesorado desde hace mucho tiempo, porque contribuye a prestar una atención más individualizada al alumnado”, reflexiona el presidente de ANPE en el Archipiélago.
“Es muy importante que existan suficientes plazas públicas en las enseñanzas de FP, que son fundamentales para ofrecer una alternativa a muchos estudiantes que de otra forma abandonarían sus estudios. Hay que evitar que los jóvenes se queden fuera de la especialidad a la que han optado por falta de plazas en su entorno geográfico”, sentencia.