La Fiscalía de Las Palmas ha presentado una denuncia contra la edil de Nueva Canarias en Teror (Gran Canaria) y presidenta de la Asociación de Mujeres Profesionales Maguada, Isabel Guerra, por un presunto delito de fraude al haber destinado unas subvenciones recibidas por el Gobierno de Canarias, en total 128.618 euros, a un fin distinto al acordado.
En el escrito remitido por la Fiscalía para que se inicie una investigación judicial y que ha sido facilitado a Efe, se indica que Guerra destinó el dinero a otros proyectos que ya contaban con financiación del Cabido de Gran Canaria, según la investigación llevada a cabo por el Ministerio Público tras recibir una denuncia.
Se destinó a personas dependientes
La subvención recibida por la asociación de la Consejería de Derechos Sociales, Igualdad y Juventud se asignaba a tres proyectos sociosanitarios, "Salud vital", "Una mano amiga" y Respira Maguada", pero fue empleada para otros programas a los que se había comprometido la asociación para la atención de personas dependientes, mediante un convenio con el Cabildo de Gran Canaria, según el Ministerio Público.
El citado convenio fue suscrito con el Instituto de Atención Sociosanitaria (IAS) en junio de 2021.
Elusión en el cumplimiento de objetivos
Al emplear el mismo personal, ya financiado por la Consejería de Derechos Sociales, en las atenciones derivadas del convenio suscrito con el IAS, que ya contaba con su propia financiación, se ha producido una elusión en el cumplimiento de los objetivos por los cuales se financian los programas sociales.
Además, según la Fiscalía, la asociación Maguada destinó parte de la subvención a la elaboración de unos almanaques que fueron vendidos y por los que obtuvo beneficios, 1.000 euros, cuando solo podía ser utilizada la ayuda para la confección de los mismos, 912,13 euros, para la difusión del proyecto.
En el escrito de la Fiscalía también se alude a otras incidencias denunciadas sobre la citada asociación relativas a la falta de contrato laboral de dos trabajadoras y de cualificación por parte del personal, el desarrollo de otras actividades sin contenido sociosanitarios y la realización de un curso por menos horas de las que se había fijado, además de que Guerra exigía "una actitud acrítica durante el desarrollo de la actividad laboral".