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Sociedad

Un dron confirma oficialmente la muerte de un canario de Tenerife en la guerra de Ucrania

El cadáver de Maximiliano Camino Aramuni lleva una semana abandonado en el frente de Andriivka después de que el avance ruso haya forzado el repliegue ucraniano

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Diseño sin A la izquierda, el soldado voluntario canario Maximiliano Camino Aramuni. A la derecha, un soldado ucraniano se repliega en la ciudad de Andriivka./ MONTAJE AH2024 02 21T092542.710

Maximiliano Camino Aramuni. Es el nombre del canario de 32 años -de origen venezolano pero residente en Santa Úrsula (Tenerife) desde hace dos décadas- muerto en la guerra de Ucrania, según ha confirmado oficialmente el cónsul de España en Kiev a la familia del fallecido este martes. 

Maximiliano estaba en Ucrania en el batallón número uno de la compañía de infantería Charly 3, del regimiento A7420 de la legión internacional como voluntario de guerra. Se encontraba en paradero desconocido desde hacía una semana, cuando sufrió un ataque ruso a 15 metros de su trinchera y a unos 250 metros del la línea de ataque en el frente de Andriivka.

Un dron confirma la muerte

Unos días antes, ya había sido herido en pierna y abdomen por otra ofensiva. Ahora, un dron de reconocimiento ha confirmado el fallecimiento del voluntario según ha adelantado este miércoles Diario de Avisos, que ha podido hablar con la madre de Maximiliano en una entrevista.

Jacqueline Aramuni, madre de Maximiliano, asegura también a El Cierre Digital que lleva días intentando gestionar la repatriación del cuerpo, después de haberse enterado del fallecimiento por el padre del soldado -que estaba en Estados Unidos- y haber recibido una llamada anónima informándole de la ubicación exacta del cadáver, que se ha podido mantener gracias a las bajas temperaturas.

Lucha por la repatriación

Aunque Jacqueline ha acudido al Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo, y al Diputado del Común, Rafael Yanes, no ha conseguido avanzar en sus intentos por repatriar el cuerpo de su hijo, y sólo este martes consiguió algún progreso al ser atendida por el cónsul de España en Ucrania, que le confirmó el reconocimiento del cadáver con el dron.

La madre de Maximiliano lamenta que su hijo estuvo a punto de salvar la vida, pues cayó a apenas 15 metros de su trinchera, pero el intenso fuego de artillería del ejército ruso hizo extremadamente peligroso que sus compañeros pudiesen salir a rescatarle. El avance de los rusos en ese frente ha forzado a las fuerzas ucranianas a replegarse y dar por perdida la ciudad de Andriivka, dejando atrás municiones, equipos, vehículos y, por supuesto, cadáveres sin rescatar como el de Maximiliano.

Ahora, la lucha de Jacqueline es contra el tiempo y la suerte, pues teme no poder recuperar a Maximiliano para darle una sepultura digna. Si los rusos se hacen con el cuerpo, cree que es probable que acaben quemándolo junto al resto de cadáveres abandonados en el frente. Si los ucranianos recuperan Andriivka, desconfía de que lo vayan a repatriar, pues al estar contratado como voluntario podrían no hacerlo para no pagar el seguro.

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