La muerte en servicio de uno de sus amigos, que era piloto de aviones de extinción de incendios, hizo que Luis Carrillo Lostao fundara Singular Aircraft, la empresa responsable de la creación del mayor dron antiincendios del mundo. Su objetivo principal fue presentarlo como una solución para salvar la vida de los pilotos dedicados a esta gran labor, pero también tiene otras características como el hecho de funcionar de noche y también el bajo coste respecto a otros medios aéreos pilotados.
Se trata de un vehículo controlado de forma remota y que tiene gran cantidad de carga. Para su perfeccionamiento, liderado por el catedrático José Francisco López Feliciano, se hizo uso de la tecnología de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a nivel de chips y aviónica. “Este aparato se crea con un objetivo claro y es que si en una misión de poca visibilidad se estrella el avión pilotado remotamente se pierde una máquina, pero no se pierden vidas”, explica José Luis García González, consejero delegado de Singular Aircraft.
Reducción de costes
Un avión de extinción de incendios como los que están ahora mismo volando sobre Tenerife luchando contra el incendio forestal declarado el 15 de agosto, tiene un coste operativo de unos 55.000 euros diarios y puede tirar 104 toneladas de agua. “Por el mismo coste por día tiene 17 drones volando que te tiran 306 toneladas de agua”, continúa González. “Al tener un coste menor, se pueden usar más aparatos para echar agua y, por tanto, podemos ser más rápidos y constantes en las labores de extinción”.
El dron no tiene ninguna limitación y puede trabajar en cualquier tipo de incendio —incluso en los de sexta generación como el de Tenerife—. El piloto, que lo maneja con control remoto, decide por dónde lo conduce porque recibe una serie de informaciones por parte de los equipos que están trabajando desde tierra.
Labores nocturnas
Ningún medio aéreo de extinción de incendios puede volar por la noche, al contrario que el dron de Singular Aircraft. “Es positivo porque así se pueden mantener los trabajos que se han realizado durante el día”, asegura González.
Asimismo, “cuando no está sofocando el incendio, el dron puede estar volando y estudiando el monte gracias a unos sensores con los que va detectando los focos de calor tanto en el día como en la noche”. El portavoz de la empresa defiende la importancia de detectar lo más pronto posible esos puntos porque, si no se consigue, “el fuego puede extenderse sin piedad como ha pasado en Tenerife”.
Operativo
“Le hemos ofrecido esta herramienta al Gobierno de Canarias”, asegura González. Ahora mismo tienen en sus manos dos drones 100% operativos, dos que en septiembre finalizan su fabricación y otros seis que están al 50% de construcción. “Iniciamos este proyecto sin que nadie nos lo pidiera porque este problema va a más, desafortunadamente, no hay más que ver lo que ocurre en Canadá”.
“Ya estamos volando en modo experimental y echando agua a la espera de que las autoridades den los permisos de vuelo necesarios”, concluye José Luis García González.