Ángel Gabilondo, el Defensor del Pueblo, presentó este jueves en el Pleno del Congreso de los Diputados el Informe sobre abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia Católica. Se trata de un extenso documento donde recoge información sobre el lado más oscuro de la institución religiosa tras un arduo trabajo para recopilar los datos. Una de las fuentes consultadas fueron todas las diócesis que hay en España para que comunicaran cuántos casos tienen registrados entre 1950 y 2022. En el caso de los dos obispados canarios admitieron que ha habido cinco en los últimos 74 años.
La Diócesis de Canarias, que abarca toda la provincia de Las Palmas —con su sede frente a la Catedral de Santa Ana—, notificó una única situación de abuso sexual en la Iglesia. En su informe, el Defensor del Pueblo tira de las orejas al organismo dirigido en la actualidad por José Mazuelos porque no dejó claro su revisó “o simplemente” consultó los casos conocidos. Por lo tanto, deja entrever que no ha habido un trabajo exhaustivo para dar una cifra cierta.
¿Revisar o consultar?
La diferencia entre ambos conceptos es importante para Gabilondo dado que “se entiende que una parte de las diócesis consultó los archivos buscando información sobre las denuncias de abusos que habían llegado a su conocimiento”. “Esta búsqueda de información concreta dista mucho de una revisión completa de los archivos”, añade.
La conclusión es que, en realidad, el único caso notificado se produjo en el periodo que va de 1950 hasta la actualidad debido a que esa fue la solicitud, pero nada garantiza que no haya otros ocultos. Según la tabla recogida en el texto, la agresión sexual se produjo por parte de un sacerdote a un menor de edad.
Silencio
No hay más datos del cura, aunque el informe destaca que “lo que ha sucedido [en muchas iglesias de España] ha sido posible por ese silencio, el de quienes pudieron hacer más, o de otro modo para evitarlo”. “Se subraya que no es cierto que todos lo sabían, pero es así mismo cierto que no es verdad que nadie lo sabía”, apostilla para resaltar que las víctimas merecen ser escuchadas, atendidas y correspondidas.
Merece la pena resaltar que el documento se llevó a cabo tras una encomienda que hizo el Congreso de los Diputados al Defensor del Pueblo el 10 de marzo de 2022. “La palabra, las palabras de quienes, adultos, sobreviven llevando siempre la herida de su infancia hacen que reconozcamos en ellas los niños que fueron y que no pudieron serlo del todo. Escucharles es encontrarse con la voz y la experiencia de un dolor, el de las víctimas. Lo sucedido es para ellos y para toda la sociedad un verdadero desastre”, expone el estudio a modo de reflexión.
Tenerife
En la Diócesis de Tenerife, dirigida hasta el pasado mes de septiembre por Bernardo Álvarez —se retiró por edad, pero el papa Francisco aún no ha nombrado un sustituto—, el número de casos comunicados es de cuatro. Al parecer, tres abusos sexuales fueron cometidos por sacerdotes y uno por parte de un laico. El texto subraya que la finalidad no es hacer un juicio a la Iglesia Católica, sino analizar, preguntar, estudiar e investigar.
El documento, lejos de ponerse de perfil, asevera que las declaraciones de algunos representantes de la propia Iglesia también han supuesto un incentivo para muchos supervivientes que hasta el momento habían guardado en secreto los abusos sufridos. “La indignación ante este tipo de declaraciones ha llevado a muchas víctimas a relatar los hechos ante la prensa, a pesar del desconocimiento de sus propios familiares”, dice.
"Los menores te provocan"
Un ejemplo reflejado en el informe son las palabras pronunciadas por el propio Bernardo Álvarez el 26 de diciembre del año 2007 cuando, en una entrevista para el periódico La Opinión de Tenerife justificaba los abusos cometidos en el seno de la Iglesia: “Puede haber menores que sí lo consientan [ser abusados] y, de hecho, los hay. Hay adolescentes de 13 años que son menores y están perfectamente de acuerdo y, además, deseándolo. Incluso si te descuidas, te provocan”.
Otro apartado del texto deja caer que en la Diócesis de Tenerife no se ha notificado el número exacto de víctimas. En términos generales asegura que “cabía esperar que los obispos hubieran reflejado los casos atendidos en sus respectivas oficinas de atención a las víctimas y así lo aseguraron expresamente la mayoría. Sin embargo, fue muy alto el número de oficinas diocesanas que manifestaron no haber recibido ninguna denuncia o comunicación de abusos, concretamente 20 diócesis”.
Conductas
El informe especifica a cuáles son las conductas sexuales a las que se hace referencia. Puede implicar contacto físico como las caricias, la masturbación, o la penetración oral, anal o vaginal; también otras como proposiciones verbales explícitas o exhibir los órganos sexuales a un niño o niña con el propósito de obtener excitación o gratificación sexual; así como su frecuencia, que puede ser esporádica o continuada.
A las diócesis les fue solicitado datos sobre los casos de abusos sexuales en el contexto de sus diócesis desde 1950; dispositivos de escucha y reparación a las víctimas de abuso sexual puestos en marcha; protocolos de prevención de este tipo de abusos puestos en marcha; y protocolos de intervención ante el conocimiento de posibles casos de abuso sexual.
Oficinas de atención
En los últimos años, las diócesis han ido creando su propia oficina de recepción de denuncias y atención a víctimas de abuso sexual. La de Canarias la fundó el 29 de mayo de 2020; mientras que la de Tenerife justo un día antes.
Durante su intervención en el Congreso, el Defensor del Pueblo ha recordado que el trabajo para llevar a cabo el Informe se desarrolló en tres ámbitos de actuación: una Comisión Asesora —compuesta por expertos en diversas disciplinas—, una Unidad de Atención a las Víctimas y un Foro de Asociaciones. Además, mantuvo reuniones con la Conferencia Episcopal Española y utilizó una investigación del periódico El País.
Cifras
Comentó que a través de los testimonios recabados por la Unidad de Atención a las Víctimas se ha podido tener constancia y conocimiento expreso de un total de 674 víctimas de abusos sexuales en el ámbito de la Iglesia católica. De todas ellas, 563 fueron hombres, el 84,19%, y 110 mujeres, el 15,61%. La gran mayoría tenía entre 30 y 75 años en el momento de la entrevista, siendo la franja de edad más numerosa la comprendida entre los 50 y los 65 años, con 186 víctimas, el 39%.
Hizo recomendaciones como que se ejecuten diversas reformas normativas para la aclaración y reparación de lo sucedido con la finalidad de prevenir hechos similares. Así como que la Iglesia católica ponga los medios necesarios para ayudar a las víctimas de abusos sexuales en el proceso de recuperación, ofreciendo tratamiento a las víctimas o familiares cuando lo requieran.
Otras diócesis
En el apartado de casos de abusos sexuales comunicados por las diócesis, el número total en todas las de España es 318. La que dio un número más alto fue Madrid con 27, mientras que otras como la de Málaga o Segovia no tienen, al parecer, ninguno registrado.
“La Diócesis de Málaga aclara que no hay expedientes de este tipo ni en el archivo histórico ni en el del tribunal eclesiástico, pero no hace referencia alguna al «archivo secreto», tras ser preguntada por este archivo”, cuenta el informe. Mientras, “las de Zaragoza y Toledo afirman en su segunda contestación que sí se han revisado los archivos diocesanos existentes, pero no llegan a especificar si incluyen en ese conjunto al archivo secreto”.