Terminar Bachillerato y la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) es más complicado en los institutos públicos que en los centros privados para los estudiantes canarios. Una desigualdad que marca aún más la brecha social que padece el Archipiélago, la región con más pobreza de toda España. Los datos aportados por la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno regional se pueden analizar desde varios prismas, pero reflejan una realidad llamativa en las aulas de las Islas.
El 88% de los alumnos de ESO en la pública promocionan frente al 95,9% de la privada. Mientras, en Bachillerato el abismo que los separa es del 84,9% en los IES ante el 96,6% de los totalmente particulares. El área dirigida por Poli Suárez se pronunció al respecto por una pregunta parlamentaria de la diputada Marta Gómez (Vox). Llegados a este punto cabe preguntarse por qué existe una diferencia tan pronunciada entre ambas modalidades.
Todos los sectores
“Hay una razón lógica que va en la línea de que en la enseñanza pública abarcamos a todos los sectores”, afirma Pedro Crespo, presidente de la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) en el Archipiélago en declaraciones a Atlántico Hoy. “En todas las poblaciones canarias hay un instituto público, los colegios concertados están en zonas determinadas”, añade.
Se refiere a la posición socioeconómica de las familias. Aunque aclara que en la privada o concertada puede haber diferentes realidades, en los centros públicos existe una mayor diversidad. “Hay que invertir más en la enseñanza pública para favorecer situaciones familiares complejas en muchos casos que necesitan de un mayor apoyo por parte de la administración”, comenta.
Zonas capitalinas
Pone sobre la mesa que todo puede variar según la zona donde esté ubicado el centro porque, apunta, la mayoría de concertados están en las zonas capitalinas del Archipiélago. Son lugares donde, con carácter general, “el nivel socioeconómico de las familias es más alto”. Señala que en los sures de Canarias –municipios como San Bartolomé de Tirajana en Gran Canaria o Adeje en Tenerife, por ejemplo– la presencia de enseñanza privada es más limitada que en las principales ciudades.
“Y no hablemos”, dice “de las islas no capitalinas”. “La existencia de centros privados es prácticamente ínfima y el nivel socioeconómico ahí sí que se nota”, agrega. Considera que en los públicos es fundamental contar con medios que ayuden a paliar las deficiencias que puedan existir en algún momento.
Falta de medios
“Hay que generalizar más determinados programas que ayudan a tener más medios en los centros y después el tema de la disminución de las ratios. Estamos convencidos que también puede ser un factor que podría ayudar a esta realidad. Muchas veces el profesorado se preocupa ante la diversidad de situaciones al atenderla en el aula. Hace más complejo el poder las diferentes realidades”, reflexiona Crespo.
Relata que los profesores están listos para afrontar la situación, pero “es cuestión de tener los medios para poder desarrollar adecuadamente nuestra función y ahí sí es verdad que que necesitamos ir mejorando”. Indica que hace falta disminuir las ratios actuar en los casos donde resulte oportuno atender necesidades educativas especiales de cierto alumnado. Incluso se ven limitados cuando hay estudiantes que requieren ampliar sus conocimientos.
Repetidores en la pública
Ante la pregunta de si hay mejor nivel educativo en la privada que en la pública tiene muy clara su respuesta: “Diferimos, pero además es que es una cuestión objetiva. Sería comparable si estuviese en todas nuestras poblaciones la enseñanza privada. Es complejo porque casi todos están concentrados en zonas capitalinas con una implicación de la familia que no es la misma. Hay realidades muy complejas a nivel social”.
El Gobierno de Canarias elabora cada curso académico la evolución de la tasa del alumnado repetidor en el Archipiélago, aunque solo son cifras de la pública que no permiten hacer la comparativa. Lo que reflejan las cifras es una bajada de los estudiantes rezagados entre el curso 2019-20 y el 2023-24: en la ESO pasó del 11,3% al 7,8%; y en Bachillerato del 7,8% al 5,6%.
Sobre las diferencias entre la pública y la privada, Crespo destaca que no es solo una cuestión del profesorado, sino que se debe compartir con la familia. Además, pone el foco en la clase política y el Gobierno. “Están para intentar que esas posibles desigualdades no existan. Hay sistema de becas, hay que seguir invirtiendo en los medios. Que no se trate de un gasto, va a suponer mucha inversión. Es necesario y la educación lo necesita”, culmina.