El desayuno, dicen los que saben, es la comida más importante del día. Es la que te aporta la energía suficiente para soportar la dureza de un lunes y la espera paciente al viernes. También en uno de esos momentos que invitan a la reflexión individual, justo antes de empezar la rutina y el ajetreo del día a día te paras —taza en mano— y analizas las previsiones del nuevo día.
En Canarias hay productos típicos que nos han acompañado desde muy pequeños y que han formado parte de los hogares desde hace décadas, como el Islacao, que nada tiene que envidiarle al reputado Cola Cao o su archienemigo el Nesquik.
Islacao, del bote a la taza
El Islacao es chocolate en polvo que viene en formato de bolsas o en botes y que se añade a la leche para que tome un sabor dulce y diferente. Llegó a las casas canarias en los años 80, cuando comenzó a fabricarse.
La Isleña es la marca encargada de la producción de este chocolate instantáneo y su historia se remonta a 1870 con Juan Megías y posteriormente con Gabriel Megías Santana, que se encargó de legalizar la fábrica de chocolate en el municipio en el que estaba asentada, Arucas, en Gran Canaria.
La pasta de La Isleña
El Islacao no es su única producción. La Isleña comenzó en los años 80 con la automatización de la línea que tenía de pasta larga y desde que abrieron en Arucas no se han movido del sitio.
Ahora cuentan con una amplia gama de productos de pasta, desde las conchas de diferentes tamaños, las espirales, los fideos, los espaguetis y macarrones, entre muchos otros.
Islacao y sus variables
Aunque el Islacao es típico en Canarias, lo es aún más el gofio, un producto 100% canario que forma parte de la gastronomía típica de las Islas.
Es por eso que el Islacao unió dos conceptos básicos —el chocolate y el gofio— y nació el Goficao de 800 gramos. Es un preparado de cacao instantáneo que tiene gofio de millo y por eso se convierte en un alimento con mayor valor energético, ideal para soportar los siete días de la semana vengan como vengan.