Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) sigue sin recomendar mascarillas a las personas sanas sin contacto con infectados por coronavirus, su uso en espacios públicos se ha extendido en Europa y en el mundo ante la creciente evidencia de que puede resultar útil para frenar la expansión de la COVID-19.
Organismos oficiales de prevención y control de las enfermedades en la UE y Estados Unidos se han pronunciado ya en defensa de la utilidad de estas mascarillas frente al coronavirus en determinados espacios públicos, mientras que ha aumentado el número de países europeos donde se exige su uso en ámbitos más o menos restringidos.
En España, el Gobierno empezó a matizar el criterio genérico de la OMS el pasado día 3, cuando el ministro de Sanidad, Salvador Illa, avanzó que estudiaba la posibilidad de recomendar u obligar a los ciudadanos a usar mascarilla cuando salieran a la calle, si bien puntualizó que el Ejecutivo seguiría el criterio de los expertos.
Este lunes las fuerzas de seguridad empezaban a repartir 10 millones de mascarillas higiénicas entre los trabajadores que regresaban a su actividad profesional y necesitaban desplazarse en medios de transporte en los que es complicado mantener la distancia mínima recomendada de un metro para prevenir el contagio por coronavirus.
España empieza a extender su uso
Tras la reunión del Comité Técnico del Coronavirus, la jefa de área del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, María José Sierra, ha precisado que, aunque "no hay estudios firmes con una evidencia clara" de la utilidad de las mascarillas "en la prevención de la transmisión", parece que sí pueden tenerla para "reducir la propagación de la infección".
"Además de que son una barrera, el papel más importante es que minimizan toda esa dispersión de las gotitas respiratorias" de quienes empiezan a presentar síntomas de contagio o son asintomáticos, ha añadido Sierra.
En todo caso, en su documento especifico sobre mascarillas del pasado 25 de marzo, el Ministerio de Sanidad se atenía estrictamente a las recomendaciones de la OMS y aconsejaba su uso a los contagiados, a quienes notaran síntomas como "tos, fiebre o falta de aire" y a quienes cuidaran de "una persona con infección o sospecha de infección por coronavirus".
La OMS mantiene el uso restringido
En efecto, la Organización Mundial de la Salud mantiene restringida su recomendación del uso de mascarillas, en el caso de las personas sanas, a quienes tengan "tos o estornudos" o bien atiendan a alguien del que "se sospeche la infección" por la COVID-19.
La OMS recuerda que el coronavirus no se transmite por el aire, sino por estar en contacto a menos de un metro de alguien infectado o por tocar una superficie contaminada y llevarse luego las manos a la cara. Por ello, centra sus medidas de protección y prevención al lavado frecuente de manos y a no tocarse la cara.
Además, el director general de la organización, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha alertado en diversas ocasiones del peligro que supone el uso masivo de mascarillas por parte de la población general, ya que puede llevar al desabastecimiento de las personas que más las necesiten, como personal sanitario y enfermos inmunodeprimidos.
No obstante, a pesar de no recomendar el uso de mascarillas para la población sana sin contacto con enfermos, la OMS tampoco ha criticado a los países que han promovido un uso más general.
Sí recuerda que la mascarilla puede dar una falsa sensación de seguridad y, para que sea eficaz, debe combinarse con otros gestos como el lavado frecuente de manos, además de colocarse, utilizarse y retirarse de forma adecuada.
Cunde el ejemplo de Praga
República Checa y Eslovaquia fueron los dos primeros países europeos en imponer el uso obligatorio por la calle de mascarillas u otros elementos que cubran nariz y boca. Desde el pasado 1 de abril, a ellos se suman Austria, que obliga a utilizarlas en los supermercados, y Eslovenia, que las exige en cualquier espacio público cerrado.
El ministro checo de Sanidad, Adam Vojtech, ha destacado incluso esta medida como el factor diferencial que había permitido a su país ser una de las pocas naciones europeas que ha frenado significativamente la propagación del virus y ha instado al resto de Estados miembros de la UE a sumarse a la iniciativa.
Vojtech se pronunciaba así en un vídeo en inglés producido por un grupo de artistas checos y titulado "Cómo frenar de forma notable el coronavirus”, que se ha hecho viral en redes sociales y en el que se defiende el uso de mascarillas para no contagiar a otras personas bajo el lema: “Yo te protejo a ti y tú me proteges a mí”.
"De acuerdo con nuestra experiencia profesional, una simple máscara casera puede prevenir hasta en un 95-100 % la difusión de microgotas que pueden estar infectadas", explica en ese vídeo Vladimir Zdimal, jefe de Departamento de Química y Física de Aerosoles de la Academia de Ciencias checa.
Lo cierto es que hace unos días, el miércoles 8 de abril, el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) publicaba un informe en el que modificaba su posición anterior en este punto y reconocía que las mascarillas pueden ser útiles para toda la población, especialmente cuando se frecuentan espacios públicos cerrados como supermercados o transporte público.
Los últimos en cambiar su criterio respecto al uso de mascarillas han sido los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), de Estados Unidos, que el pasado día 3 emitieron un comunicado en el que recomiendan “el uso de revestimientos faciales de tela en lugares públicos, especialmente en áreas de transmisión comunitaria significativa”.
China cree que EEUU y Europa se equivocaron
En China, en cambio, nunca lo dudaron. En una entrevista para la revista científica Science, el director general del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), George Gao, señalaba como principal error en la lucha contra la pandemia que EEUU y Europa no estaban obligando a sus habitantes a utilizar mascarillas, como sí se hacía en el país asiático.
“Muchas personas tienen infecciones asintomáticas o presintomáticas. Si usan máscaras faciales, puede evitar que las gotas que transportan el virus escapen e infecten a otros” subrayaba Gao.
Los propios CDC estadounidenses admiten que su cambio de criterio se debe a que recientes estudios demuestran la afirmación de Gao. Es decir, que usar mascarilla ayuda a que “personas que puedan tener el virus sin saberlo no se lo transmitan a otras”.
También el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, último organismo internacional en sumarse a la recomendación del uso de mascarillas en espacios públicos, explica que puede servir como un medio de control de la fuente de contagio al minimizar la excreción de gotitas respiratorios de infectados que desconocen que lo son.
No obstante, el ECDC puntualiza: “No se sabe cuánto puede contribuir a una disminución en la transmisión”.
Fuentes:
- Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Ministerio de Sanidad.
- Informe del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) sobre el uso de mascarillas. 8 de abril de 2020.
- Declaraciones del ministro checo de Sanidad en el vídeo "¿Cómo frenar significativamente al Coronavirus?. 28 de marzo de 2020.
- Comunicado de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. 3 de abril de 2020.
- Entrevista con el director general del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de China, George Gao. Revista "Science". 27 de marzo de 2020.