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Sociedad

El robot que buscó a Anna y Olivia en Canarias se traslada para encontrar fallecidos tras la DANA

El artefacto viaja en el barco científico Ramón Margalef y está previsto que llegue este sábado 9 de noviembre

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Varios operarios del buque oceanográfico Sarmiento de Gamboa junto al denominado Liropus 2000 / EFE - SALVADOR SAS

El robot submarino Liropus 2000, aparato que fue utilizado para buscar los cadáveres de las niñas Anna y Olivia, secuestradas y asesinadas por su padre en Tenerife el 27 de abril de 2021, viaja rumbo a Valencia para unirse a las labores de búsqueda de víctimas tras la DANA que asoló 70 municipios como Paiporta —localidad donde se ha registrado el mayor número de fallecidos hasta el momento—, Benetússer o Chiva.

El artefacto viaja en el barco científico Ramón Margalef y está previsto que llegue este sábado 9 de noviembre. La máquina, que en junio de 2021 permitió recuperar el cuerpo de Olivia, la mayor de las hermanas, se desplazó hace tres años sobre el buque Ángeles Alvariño. Ambas embarcaciones son propiedad del Instituto Español de Oceanografía (IEO).

Emergencia

En el caso de las menores, el Liropus 2000 halló el cadáver de la pequeña en el interior de una bolsa —a unos 1.000 metros de profundidad— atada a un ancla de la embarcación del padre de las menores, Tomás Gimeno, quien sigue en paradero desconocido. 

La causa fue archivada provisionalmente en marzo de 2022 por el Juzgado de Violencia contra la Mujer número dos de Santa Cruz de Tenerife. El objetivo es que el robot submarino colabore ahora en la gestión de la emergencia y la recuperación de las zonas afectadas por el temporal en el litoral mediterráneo.

Imagen del Liropus 2000 / MUSEO NACIONAL DE ARQUEOLOGÍA SUBMARINA

Imágenes detalladas

Por el momento, la cifra oficial de muertos a causa de la riada es de 217 —211 en Valencia, cinco en Castilla-La Mancha y uno en Andalucía— con un número aún indeterminado de desaparecidos y 36.572 personas rescatadas. El Liropus 2000 sorprende por el nivel de tecnología por la que está compuesto: brazos articulados que permiten un mejor manejo junto a cámaras de alta resolución tanto para búsqueda como rescate en alta mar.

Ayudará a obtener imágenes detalladas del fondo marino al mismo tiempo que se puede ver zonas que, por su orografía y características, son de difícil acceso. Todo estará supervisado por especialistas que contribuirán al monitoreo de la calidad del agua y del impacto ambiental. Habrá investigadores con experiencia en operaciones de emergencia y en el análisis de datos batimétricos, rastreo de objetos y uso de vehículos submarinos no tripulados (ROV) en situaciones críticas.

El equipo canario enfrenta una "catástrofe dantesca" por la DANA en Alfafar y Massanassa. En la imagen, maquinaria pesada retira vehículos de las calles de Alfafar (Valencia). / KAI FOSTERLING-EFE

Efectos ecológicos

El barco Ramón Margalef ha sido movilizado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, encabezado por Diana Morant, a través del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Llegará a Valencia después de atravesar una etapa previa que permita embarcar equipamiento técnico y personal especializado que proviene de Alicante.

Además, el equipo humano estará compuesto por expertos en el análisis de los efectos ecológicos de eventos de escorrentía masiva en el mar, para contribuir al monitoreo de la calidad del agua y a la observación de fenómenos como la eutrofización del agua (un aporte muy elevado de nutrientes inorgánicos) o la anoxia (falta de oxígeno), entre otros impactos ambientales.

Eslora

Para poder hacerse una idea de las dimensiones que tiene el barco, su eslora es de 46 metros. Su ecosonda multihaz permite obtener imágenes detalladas del fondo marino, generando mapas batimétricos de alta resolución, una tecnología que le permite estudiar la topografía submarina e identificar diferentes tipos de sustrato con resolución de pocos metros.

Teniendo en cuenta que albergará en su infraestructura el Liropus 2000, es capaz de albergar vehículos submarinos no tripulados (ROV), unos robots que pueden ser desplegados para explorar zonas de difícil acceso, recolectar muestras y realizar observaciones directas del fondo marino. Estas tareas se unen a las fotografías del satélite del Programa Copernicus de Observación de la Tierra de la Unión Europea, que están facilitando el manejo de datos cartográficos en la emergencia.