En sus más de 1.500 km de perímetro costero, Canarias reserva algunas sorpresas que van más allá de las playas, ensenadas, riscos o acantilados. Para encontrar uno de los más impresionantes debemos desplazarnos hasta la isla de La Palma, en concreto al municipio de Tijarafe, cuyo litoral presume de algunas de los accidentes geográficos más singulares del mundo.
Entre ellos se encuentra Cueva Bonita, una cavidad de doble salida al mar cubierta por una bóveda de material volcánico en la que, además de los distintos materiales que componen la roca, se reflejan los destellos de luz que rebota en el agua, conformando un espectáculo para los sentidos. Además de geólogos y oceanógrafos, Cueva Bonita también deslumbró a artistas como César Manrique, que la calificó como 'la Capilla Sixtina del Arte Moderno' o Pepe Dámaso, que le otorgó el sobrenombre de 'Habitación del Atlántico'.
Sabiduría de pescador
Mucho antes de que expertos y artistas repararan en la singularidad única de este enclave, esta cavidad localizada en las inmediaciones de la desembocadura del barranco de El Jurado, que es también es conocida como Cueva de Candelaria o Cueva de Los Piratas era más conocida por su valor práctico en situaciones extremas que por su encanto natural.
Según narra la tradición oral, esta cueva sirvió de refugio a los pescadores locales para zafarse de los ataques de piratas durante el siglo XVII. Estos relatos aseguran que los pescadores, a sabiendas de que había otro acceso para escapar, se adentraban en la cueva y de esta manera despistaban a sus perseguidores, que se apostaban en la entrada de la cueva convencidos de que tendrían que salir más pronto que tarde.
Entrada norte y entrada sur
Sin posibilidad de llegar desde tierra quienes quieran adentrarse en este tubo deberán acceder por mar a través de una de sus dos amplias entradas. El acceso norte tiene una apertura de casi 17 metros mientras que, en la entrada sur, llega a los 10 metros. En el interior, este majestuoso espacio se extiende a lo largo de 84 metros de ancho y 105 metros de profundidad, si bien las mareas condicionan en gran medida este fenómeno, así como la posibilidad de acceder con seguridad.
Varias empresas de la zona ofertan excursiones para explorar Cueva Bonita y revivir las experiencias de aquellos pescadores daban esquinazo a los piratas adentrándose en la cueva. Además, suelen acompañar la jornada con avistamientos de fauna marina de la zona que, unido al espectáculo geológico configura uno de los planes más completos que se pueden realizar en La Palma.