Los incendios forestales son el gran temor de Canarias. Año tras año las Islas se enfrentan a situaciones adversas que las ponen en jaque. El último incendio que puso los pelos de punta a los efectivos tuvo lugar en 2019 cuando se quemaron 10.000 hectáreas y se evacuaron a más de 9.000 vecinos en nueve municipios de Gran Canaria.
Una legislatura más tarde la historia se repite, esta vez con Fernando Clavijo al frente de un incendio que amenaza con arrasar los montes de Tenerife, entre Arafo y Candelaria y con cientos de efectivos movilizados día y noche para frenar las llamas que avanzan sin descanso. No ha sido el primero del verano, le precedió el de La Palma, que se llevó por delante 2.900 hectáreas y otro en Tejeda. Entre hipótesis e investigaciones aún se desconoce la causa que ha provocado las llamas en Arafo y mientras se barajan distintas opciones la ley es muy clara al respecto: la pena de cárcel si el incendio es provocado puede ir desde los 10 hasta los 20 años de prisión.
El código Penal
El Código Penal desglosa punto por punto las penas a las que se enfrenta una persona que haya generado un incendio forestal. En primer lugar si el incendio afecta a montes o masas foresrales la pena va de uno a cinco años, pero si además existe peligro para las personas y su integridad física serán castigados de 10 a 20 años de cárcel.
Hay ciertos factores que se consideran agravantes como que el incendio afecte a una superficie de considerable importancia, que se produzcan efectos graves o erosivos en los suelos, que afecte también a las condiciones de vida animal o vegetal o algún espacio protegido, que se acerque y afecte a núcleos poblacionales o lugares habitados, que sea provocado en un momento en el que la climatología o el terreno incrementen el riesgo de propagación como es el caso actual donde las altas temperaturas y el viento han ayudado a avivar las llamas y a propagarse.
Si el incendio se provoca para conseguir un beneficio económico también se considera un agravante según el artículo 353 del Código Penal.
Delitos de incendio
Si se afecta a un espacio natural protegido se le impondrá a la persona la pena superior en grado, los jueces también impondrán al autor del incendio la obligación de adoptar medidas necesarias para restaurar el equilibrio ecológico que haya perturbado con sus malas acciones.
Si por el contrario el autor repara el daño de manera voluntaria se impondrá la pena inferior en grado a la prevista para cada supuesto caso.