Han sido cinco días muy delicados para la patrullera Río Tajo de la Guardia Civil, que ha necesitado de la diplomacia estatal para encontrar una solución a la dificil situación que ha vivido con 168 migrantes a bordo frente a las costas mauritanas.
El pasado jueves 24 de agosto, el navío de la Benemérita, que tiene base en el puerto de Las Palmas de Gran Canaria, rescató en aguas mauritanas a otra embarcación con los mencionados migrantes -que se dirigían hacia Canarias- y comunicó a Mauritania que iba a desembarcar a estas 168 personas en el puerto de Nuadibú.
Mauritania rechaza el atraque
Ese día, la agencia de noticias mauritana Al-Akhbar informó de que en el mencionado puerto se habían comenzado los preparativos para recibir a los migrantes, pero cuando el Río Tajo llegó a la bahía de Nuadibú no se le permitió atracar.
Desde entonces y hasta este lunes, la patrullera ha estado fondeada frente a la costa mauritana esperando al avance de las negociaciones entre el Gobierno de España, la la Agencia Europea de la Guardia de Fronteras y Costas (Frontex) y las autoridades del país africano, que no ha cedido y ha denegado en todo momento el permiso al Río Tajo para atracar en el puerto de Nuadibú.
Un intento de motín
La situación de desesperación fue creciendo entre los migrantes a bordo del buque español. Algunos de ellos fueron rescatados con golpes de calor y traumatismos. Uno de ellos con un cuadro de deshidratación severa. Los guardias civiles les atendieron en la cubierta del Río Tajo pero, pasados dos días desde su rescate, trataron de amotinarse: querían bajar del barco.
La Guardia Civil tuvo que ponerse a pegar tiros al aire para sofocar el conato. Según algunas fuentes, ocurrió hasta en dos ocasiones. La situación era de lo más delicada.
Rumores de una pérdida del control
Este domingo, el Ministerio del Interior emitió un comunicado asegurando que la situación a bordo del Río Tajo estaba "tranquila por todas las partes", si se había podido producir "algún altercado menor fruto del nerviosismo de los migrantes". Este "altercado menor" al que Interior quitaba hierro era, precisamente, el intento de motín del día anterior.
El propio domingo, comenzó a circular una noticia del medio de comunicación VozPópuli asegurando que los 20 guardias civiles se habían encerrado en las estancias internas de la patrullera, mientras que los migrantes permanecían en la cubierta.
Cunsultados por Atlántico Hoy, en un primer momento, los sindicatos AUGC y Jucil aseguraron este lunes que desconocían el estado de los guardias civiles a bordo del Río Tajo. El Ministerio del Interior aseguró también a este medio que esas afirmaciones de VozPopuli eran "mentira".
Confirmada la separación
Más tarde Pedro Carmona, portavoz nacional de AUGC, especificó a Atlántico Hoy que los agentes sí se habían "separado" de los migrantes en el interior del barco, pero no por una situación de peligro como podía parecer por el artículo de VozPópuli.
Lo que sí especificó Carmona a este medio, no obstante, es que al mediodía del lunes los guardias civiles continuaban en el barco "a la espera de instrucciones", cocinando para los migrantes y para sí mismos, limpiando y desinfectando además toda la embarcación y prestando apoyo médico a los migrantes. Un grupo de 16 agentes del contingente de la Guardia Civil en Mauritania, además, se trasladó para apoyar a los uniformados a bordo del Río Tajo.
Interior aclara la situación
El Ministerio de Interior, igualmente, envió un correo electrónico a Atlántico Hoy en torno a las 13:00 de este lunes explicando la última hora de los guardias civiles y los migrantes en la patrullera. "La situación, dentro de la complejidad, es de tranquilidad. El Ministerio del Interior no ha cesado de realizar las gestiones pertinentes y confía en que la situación se resuelva de forma inminente", especificaba.
"La tripulación del Río Tajo en todo momento ha asegurado la seguridad y la salud de las personas rescatas. El destacamento de la Guardia Civil en Nuadibú ha suministrado constantemente de víveres y medios al buque, lo que ha permitido asegurar el agua y la alimentación para los rescatados", proseguía, añadiendo: "Las personas rescatadas han recibido también atención médica por parte de la tripulación, en especial uno de los inmigrantes que, en el momento de su rescate, presentaba un cuadro de deshidratación severa. También se han atendido casos de golpes de calor y algunas lesiones producidas durante la navegación en el cayuco".
El barco se va a Senegal
Sobre la separación entre agentes y migrantes, Interior especificó a Atlántico Hoy que la cubierta del Río Tajo había sido "acondicionada con pequeños toldos para proteger a los inmigrantes del sol". "Además el buque no ha dejado de navegar en la bahía de Nuadibú para facilitar que la brisa marina aminore las altas temperaturas que pueden alcanzarse".
Finalmente, y tras casi cinco días completamente bloqueados en el interior del Río Tajo, el Gobierno de España ha tenido que dar su brazo a torcer con el de Mauritania. En torno a las 13:30 del lunes, AUGC ha adelantado a Atlántico Hoy lo que después se ha hecho oficial: los migrantes iban a ser conducidos a Senegal para ser desembarcados, país del que habían salido originalmente.