¿Quién dijo que un empate a cero, jugado a lo perro, repleto de sufirmiento y dolor, no era bonito? Que se lo digan a la Unión Deportiva Las Palmas, a la que este sábado ese resultado, un 0-0 firmado frente al Deportivo Alavés, le ha servido para regresar a Primera División. El partido, una final —el triunfo mandaba directamente a la gloria al vencedor—, fue un dolor para la parroquia amarilla: nervios, incertidumbre, algún que otro amago de infarto, chispazos de emoción, esperanza, miedo... Un suplicio. Pero así es la UD Las Palmas en este circo que es el fútbol. El que quiera lógica, que se aficione al ajedrez. El que quiera una vida sin sobresaltos, que se haga de otro club.
El ascenso corona a un equipo que durante buena parte de la temporada ha rayado a gran altura, que durante la primera mitad del curso fue una locomotora y que llegó a final de campaña con el depósito de energía al límite. Como ocurrió en 2015, la Unión Deportiva ha sido capaz de metabolizar un disgusto tremendo: hace un año descarriló cerca del destino final frente al CD Tenerife, el gran rival. Y en verano encajó un palo mayúsculo: un cáncer apartó del fútbol a Kirian. Esta noche todo eso fue solo un mal recuerdo. Las Palmas es de Primera y con Kirian en el once titular en el día grande.
Fabio por Moleiro
Ante una tesitura favorable, ventaja determinada tras 41 jornadas de mucho esfuerzo, algún regocijo y tormentos varios, García Pimienta sacudió el once titular de la Unión Deportiva. Retiró la condición de titular a Moleiro, pieza indeterminada desde hace mucho tiempo, y plantó a Fabio en el centro del campo con mando en plaza. Con dos resultados de tres válidos para lograr el ascenso a Primera División —la victoria o el empate—, al entrenador catalán dio prioridad al orden frente al descaro para encontrar el camino hacia la tierra prometida.
Con Fabio posicionado en el eje, el técnico plantó a Kirian y Loiodice como custodios de la mano del rey en la medular, dio pista a Pejiño por el extremo derecho, esquinó a Jonathan Viera en la izquierda y mantuvo a Sandro como faro en ataque. El movimiento táctico no generó ninguna ventaja para Las Palmas, siempre incómoda ante el duelo que le planteó el Deportivo Alavés: pierna firme en cada balón dividido, vertical en cada contra, implacable si le tocaba parar a un adversario.
Pejiño y Fabio, fuera de circulación
En el día más importante de la temporada, la Unión Deportiva se topó con una mosca cojonera que repartió cera sin complejos. A la media hora de partido ya había rascado 11 faltas. Antes del descanso, el equipo amarillo ya había contabilizado una baja en el campo de batalla: Pejiño, sustituido por Park en el minuto 18, después de recibir un arañazo de consideración con el sello del rival. En los primeros 45 minutos el juego efectivo se redujo al mínimo en un escenario en el que el Glorioso siempre pareció más confortable que Las Palmas, que sólo encontró gozo y disfrute en dos latigazos que soltó Sandro para rondar el gol (minutos 22 y 42).
Con Fabio fuera de circulación tras el descanso —lesionado tras un pisotón criminal—, García Pimienta fijó a Mfulu por delante de la defensa, una línea que a esas alturas ya andaba con jaqueca de tanto pelear con Villalibre —un incordio peor que un dolor de muelas—. La entrada del futbolista francés pareció dar equilibrió a la UD Las Palmas. Esa sensación quedó en una ilusión, un simple espejismo. Poco a poco, como una planta trepadora que se come una pared, el Deportivo Alavés se hizo con el control del partido. Durante la media hora final se jugó a lo que quiso el cuadro blanquiazul, que rozó en varios momentos el gol que daba acceso al paraíso.
Valles, gigante
En el minuto 62, Valles se ganó la condición de apóstol en la iglesia amarilla para el resto de sus días. Villalibre, tras un error de Lemos, se plantó delante del portero que, gigante, negó el gol al delantero del Glorioso. El Deportivo Alavés, a falta de calidad, insistió como si fuese maquinaria industrial: por empuje, por insistir, por fastidio. Rioja, en el tramo final del duelo, encontró una autopista por su banda para rondar el área de Las Palmas.
Cada embestida del Deportivo Alavés, que puso toda la artillería en ataque con la entrada al campo de Jason, Rober y Sevilla, puso a temblar al conjunto amarillo y llevó el miedo al Estadio de Gran Canaria. Dio igual. El partido podía durar cinco noches más, tres meses más, diez años más... Ya nada iba a mover al marcador. El destino estaba escrito desde hace tiempo. Más alto que la Unión Deportiva Las Palmas, sólo el cielo.
Ficha técnica
Deportivo Alavés (0)
UD Las Palmas: Álvaro Valles; Álvaro Lemos, Saúl Coco, Álex Suárez, Sergi Cardona; Loiodice, Fabio (Mfulu, min. 46), Jonathan Viera; Pejiño (Marvin Park, min. 20), Sandro (Marc Cardona, min. 78) y Kirian (Eric Curbelo, min. 84).
Deportivo Alavés: Sivera; Tenaglia (Jason, min. 72), Abqar, Sedlar, Duarte; Benavídez (Salva Sevilla, min. 84), Blanco (Toni Moya, min. 55); Luis Rioja, Guridi (Rober, min. 72), Abde (Miguel, min. 55); y Villalibre.
Árbitro: Víctor García Verdura (Comité Catalán). Mostró tarjeta amarilla al jugador local Marvin Park (min. 90) y a los visitantes Blanco (31), Benavídez (42), Duarte (60), Luis Rioja (91) y Salva Sevilla (95). Expulsó con tarjeta roja directa a Javier Barbero, entrenador de porteros del Alavés, por protestar en el minuto 45.
Incidencias: partido de la última jornada de LaLiga SmartBank 2022-2023 disputado este sábado en el Estadio de Gran Canaria con la presencia de 31.790 espectadores, entre ellos unos 500 seguidores del equipo visitante.