Casi tres años después del inicio de la pandemia del SARS-CoV-2, Canarias presenta los mejores indicadores de todo el país. Sobre todo el más importante: en proporción, aquí han muerto muchas menos personas de COVID-19 que en cualquier otra comunidad autónoma. La evolución de la crisis sanitaria ha sido diferente en el Archipiélago: esquivó lo peor en 2020, aguantó bien en 2021 y pasó su peor momento en 2022, sobre todo en el primer semestre.
El Instituto Nacional de Estadística publicó el lunes la estadística de defunciones según la causa de muerte. Los datos provisionales de enero arrojan 897 muertes por COVID-19 (con diagnóstico confirmado o sospechoso), un 43% más que en todo 2021. Si se suman las que ha habido en los seis meses siguientes (112 hasta el 16 de diciembre), el total de 2022 supera las 1.100. Un número similar a la suma de todas las ocurridas en 2020 y 2021.
El impacto de Omicron
"En 2020 teníamos una diferencia notable con el resto de España en cuanto al impacto de la incidencia y la mortalidad. Lo primero se debió, básicamente, a estar aislados; de manera activa no hicimos nada. Eso nos protegió muchísimo. Y eso hizo que las siguientes olas afectaran a una población canaria ya inmunizada por la vacunación. La mortalidad siguió siendo baja", explica Álvaro Torres, jefe de epidemiología del Servicio Canario de la Salud.
"Todos los análisis nos han demostrado que la vacunación ha protegido muchísimo a los vulnerables. Lo que ha ocurrido en 2022 es que, en primer lugar, nos alejamos de la última dosis en las personas vulnerables, las de más de 60 años, y por otro lado, Omicron subió la incidencia de una manera brutal", continúa Torres. "Las muertes no dejan de ser un porcentaje de los casos. Por muy bien protegidas que tengas a esas personas más vulnerables, si de repente toda la población se enferma, pues habrá vulnerables que generen una enfermedad grave y fallezcan".
En Canarias no enfermó toda la población, pero si una parte importante. Entre enero y junio se contagiaron unas 250.000 personas, más de un 10% de toda la población canaria. Ese volumen de casos provocó que aumentara el número de personas vulnerables en contacto con el virus, también en las residencias. Nosotros protegimos muy bien los centros sociosanitarios. Durante 2020 y principios de 2021 apenas tuvimos casos. En 2022, el impacto de Omicron se notó también en los centros sociosanitarios", señala el jefe de epidemiológica, que también apunta a la presión hospitalaria como un factor relevante en lo sucedido en los primeros meses del año.
Situación actual
La situación en el segundo semestre del año no tiene nada que ver con lo que se vivió hasta primavera. Canarias llegó a tener más de 20 muertes diarias a comienzos de año y el promedio ahora es de una. "Llevamos 16 semanas más o menos con una incidencia muy estable y con una presion baja. Sabemos que no todo el mundo está comunicando los casos, pero vemos un cierto estancamiento en cuanto a casos. Tenemos un 2% de camas hospitalarias ocupadas por COVID, lo que no incide de manera grave la asistencia sanitaria", dice Torres.
"El COVID está manejándose en estos momentos en una población vulnerable, por edad, que está tetravacunada", continúa el experto en medicina preventiva y salud pública. "Lo que sí hemos notado es el aumento en la edad media del fallecido. En este momento la edad media de los fallecidos por COVID se asemeja a la de los fallecidos por otras causas. No es una enfermedad que quite años de vida".